Cuando el paciente nota falta de atención o calidez en el trato por parte de su médico, es más probable que considere la posibilidad de recurrir a los servicios de otro profesional de la salud la próxima ocasión. Al respecto, hay que tomar en cuenta que en la primera cita los pacientes aprecian:
- Que su médico se presente.
- Los salude de mano.
- Los llame por su nombre.
Los pacientes tienen idea de cómo quieren ser tratados, así que la primera impresión determinará en gran medida si continúan recurriendo a un médico en particular o no. Al respecto, cabe mencionar algunas recomendaciones que pueden transmitir confianza y seguridad por parte del profesional de la salud:
- Saludar con firmeza. Hacerlo transmite confianza, pero si se exagera es señal de dominación. Evita tocar hombros o cualquier otra parte del cuerpo al mismo tiempo, ya que es un gesto íntimo reservado para personas que tienen un trato o relación previa.
- Mostrar las manos al hablar, especialmente las palmas. Es signo de honestidad.
- Frotarse las manos. Indica entusiasmo y espera por noticias positivas.
- Mirar a los ojos mientras saludas o hablas. Indica seguridad y honestidad.
A diferencia de los niños, que no temen recurrir al contacto humano, la mayoría de los adultos sólo lo buscan cuando enferman o envejecen porque se sienten desprotegidos. Cuando esto último ocurre, decir simplemente unas palabras transmite un mensaje, pero hacerlo acompañado de los gestos adecuados hace la diferencia.
Hay que notar, por ejemplo, que no es lo mismo comunicar un diagnóstico con tono neutro y profesional a hacerlo preocupado; permanecer de pie lejos del paciente a sentarse a su lado; sonreír a mostrar un gesto adusto; hablar en un pasillo o en la privacidad de la la habitación.
El lenguaje corporal del médico matiza sus palabras. Sé empático, comunica tus mensajes de forma cálida y gánate la lealtad del paciente.