Las redes sociales y la salud se encuentran directamente vinculadas, ya que hoy en día existe mucha información en la palma de la mano de todas las personas del mundo, sin importar la edad o el género, haciendo que se generen dudas y frustraciones, ya sea por el aspecto físico, la orientación sexual, las preferencias y gustos. Las redes sociales pueden cambiar el comportamiento y pensamiento de las personas, es por esto que los dueños de estas plataformas se han visto en la obligación de censurar contenido no apto para todo tipo de público.
Los problemas mentales y conductuales se ven directamente desencadenados a causa de información que vieron o que leyeron en las redes sociales y la salud de los pacientes puede conducir a tener ataques de ansiedad, depresión y hasta problemas alimenticios Según información obtenida por la OMS, se estipula que cerca de 350 millones de personas a nivel mundial sufren de depresión y en esa misma encuesta se demostró que esta cifra se ve incrementada debido al aislamiento y soledad del mundo real.
Las redes sociales se volvieron una cueva o escondite para la mayoría de las personas, donde se pueden sentir seguros y pueden mostrar todo lo que deseen, además de generar interacción con otras personas por medio de la virtualidad, algo que se ha vuelto bastante común debido a la pandemia ocasionada por el covid19. Esta nueva forma de relacionarse está generando una sensación de burbuja, donde todo el mundo tiene una vida perfecta en redes y la salud mental se ve cada día más afectada, ya que no se cuentan con las herramientas necesarias para compartir las emociones presentes.
Además, existen una cantidad de páginas y comentarios que son considerados falsos que pueden generar alertas en el cuerpo humano o incluso se pueden ver agredidos o acosados por personas ficticias en el internet y puede que el usuario desconozca la manera de solucionarlo, haciendo que se genere miedo, pánico e incluso sensación de que hay alguien que lo persigue.
Dicho esto, el personal de la salud tiene la obligación de promover contenido de calidad para que sea publicado y consumido de la mejor manera por los usuarios, incentivando al autocuidado, al amor propio, al buen vivir, al positivismo y sobretodo a comunicarse asertivamente en el momento en el que haya situaciones que estén generando estrés, depresión, ansiedad o cuando existan pensamientos malintencionados que puedan terminar con una vida.
También se deben de incentivar a las empresas e influencers a reducir la cantidad de contenido obsceno, dañino y sin ningún fin positivo. Las empresas dueñas de estas plataformas solo deberían de permitir la reproducción de contenido de calidad, que agregue valor y que acerca diariamente a las personas más al mundo real que al mundo virtual.
Recuerden que no todo lo que se ve en las redes sociales es real, que el amor propio, el autocuidado y la sanación personal es mucho más importante que seguir contenidos que no aportan nada positivo en la vida.