No cabe duda que las redes sociales y las nuevas tecnologías han cambiado de manera contundente nuestra forma de ver el mundo, pero también nuestro modo de juzgarlo, pues gracias a los dispositivos móviles y plataformas como Facebook tenemos acceso directo a prácticamente cualquier acontecimiento que sea grabado o fotografiado. Sin embargo, pocas veces tenemos en cuenta que dichos videos y fotos sólo muestran una parte de los hechos y nos adelantamos a sacar conclusiones.
En últimas fechas el Facebook se ha convertido en la plataforma por excelencia para denunciar abusos de autoridad, faltas a la moral e incluso negligencias médicas, pero, ¿es prudente apresurarnos a juzgar hechos de los cuáles sólo conocemos una parte?
El comentario anterior viene a raíz de una serie de fotografías que han circulado en Facebook durante el fin de semana (mismas que seguramente ya has visto), en las cuales se denuncia una supuesta negligencia por parte del personal médicos del Hospital Enrique Cabrera, quienes aparentemente se habrían negado a ingresar a un hombre que había sufrido lesiones luego de caer de una altura de 5 metros, ¿la razón?, el hombre se encontraba en estado de ebriedad.
La citada historia, que además incluye descalificaciones de parte del médico en cuestión a los paramédicos que atendieron al paciente, cuenta con el apoyo visual de dos fotografías donde vemos al médico en cuestión haciendo una seña obscena al improvisado fotógrafo, sin embargo, ¿debieran ser estas fotos y testimonio prueba suficiente para condenar los actos del médico?, no lo creo.
Ciertamente el hombre de las fotos demuestra poca educación al realizar una seña obscena a la cámara, pero eso no demuestra de ningún modo que la historia relatada sea verdadera o falsa y seguramente nadie de quienes compartieron la fotografía decidieron indagar la verdad detrás de la misma, pues tendemos a tomar como cierto todo lo que vemos en redes sociales.
Un claro ejemplo de lo anterior sucedió durante los Juegos Olímpicos de Río 2016, cuando alguien decidió cambiar el nombre de la clavadista malaya Yan Yee Ng por el de Qem Pom Po. De inmediato la fotografía comenzó a compartirse en redes sociales y todos la daban por cierta pese a tratarse de un simple fotomontaje.
Sin embargo, los internautas no somos los únicos responsables de nuestra credulidad en cuanto al gremio médico se refiere, después de todo hemos sido testigos de la falta de sentido común que invade ocasionalmente a quienes se dedican a cuidar nuestra salud (o estudian para ello), tal y como lo han demostrado diversas selfies que han sido tomadas de forma poco ética o en momentos poco propicios.
Indudablemente las redes sociales forman parte de nuestra vida y lo seguirán haciendo nos guste o no, simplemente habría que preguntarse si tienen cabida dentro de nuestra vida profesional (seamos médicos o no) y la forma en que pueden tenerla, pues en la medida que esto comience a hacerse así se prestará a menos malentendidos .