El hombre ha tenido siempre un especial interés por las plantas, que han sido fuente de alimento y un medio para curar sus dolencias y enfermedades. La medicina de las plantas o fitoterapia es tan antigua como el mundo y su historia se divide en tres grandes etapas, en cada una de las cuales se presenta un distinto nivel de uso de la planta medicinal.
A nivel tradicional
Hasta el siglo XVIII, la utilización de la planta medicinal se realiza a nivel tradicional. Durante siglos, las plantas fueron la principal herramienta terapéutica a disposición del hombre. Nuestros ancestros buscaban en las plantas el remedio a sus padecimientos. El desarrollo de farmacopeas vegetales, está presente en muchas civilizaciones y en todos los continentes, enriquecidas por el conocimiento obtenido de la experiencia. Haciendo gala de un gran sentido de la observación, nuestros antepasados pudieron demostrar algunas propiedades de las plantas medicinales que nunca pudieron ser desmentidas y fueron transmitidas a través de los tiempos1.
Sin embargo, el enfoque tradicional presenta limitaciones, debido a que no cuenta con el conocimiento científico.
El uso de las plantas a nivel farmacológico
Con el paso de los siglos, los avances del conocimiento científico, médico y la evolución de las tecnologías alejaron su camino de los “remedios tradicionales”, conduciendo hacia el uso de las plantas medicinales en un marco estrictamente farmacológico2 en el siglo XIX.
Con la ayuda de las demostraciones experimentales, se logró demostrar la actividad de determinados constituyentes de la planta (principios activos) y se han establecido las formas de administración, mejor adaptadas para conseguir una mayor eficacia. Con este enfoque se logra el uso de la planta medicinal que sigue criterios farmacológicos precisos.
Sin embargo, en el marco estrictamente farmacológico también hay limitantes, que son los vinculados a la especificidad de la planta misma: problemas asociados a la complejidad de los constituyentes de la planta, a la dificultad de estandarización de los productos a base de plantas que dificultan su estudio farmacológico y pueden generar resultados experimentales contradictorios.
Durante el siglo XIX se logra el aislamiento de toda una serie de principios activos que dieron origen a nuevos medicamentos que contribuyeron a mejora la esperanza y la calidad de vida: en 1817 se aisló de la adormidera la morfina y en 1832 la codeína, en 1820 la quinina (antipalúdico) del árbol de la quina, de la corteza del sauce en 1838 el ácido salicílico… Con el ánimo de modelar el medicamento hacia una mayor eficacia, el uso de la planta medicinal en su integridad cae poco apoco en desuso
La planta medicinal a nivel clínico
Es a partir del siglo XX que se implanta el uso de la planta medicina a nivel clínico, es en este tercer nivel de estudio y de uso de la planta medicinal donde se tienen en cuenta todos los datos obtenidos del estricto conocimiento farmacológico y los reintegra en la fisiología de los seres vivos con conceptos fundamentales de dinámica, interrelación y globalidad. Es gracias al enfoque clínico que se pueden confirmar ciertas propiedades derivadas de la tradición, pero no observadas en el estricto estudio farmacológico.
Los conocimientos científicos actuales y la creciente introducción de las tecnologías ómicas que han permitido generar cantidades masivas de datos en múltiples niveles biológicos y que conforman una herramienta potente que nos permite la comprensión del funcionamiento de la planta en forma global y facilita las pruebas de la inmensa riqueza del totum y la conveniencia de su uso.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
- The Promotion and Development of Traditional Medicine. Geneva: WHO; 1978. (Technical Report Series 622)
- Fernández Sacasas JA. Controversias en torno a la medicina basada en evidencias. Rev Habanera Ciencias Médicas. 2011; 10(3): 339-47.