Las glándulas salivales, ayudan por medio de la saliva, en el proceso de digestión, limpieza de la boca y barrera protectora contra gérmenes. De ahí, que su labor sea de gran importancia para mantener la salud de los tejidos blandos y duros de la cavidad bucal. Sobre todo, porque disminuye la posibilidad de contraer caries, favorece el proceso de deglución de los alimentos y minimiza el riesgo de desarrollar ulceras bucales y enfermedades infecciosas.
De hecho, las glándulas salivales; formadas por parótida, submandibular, mandibular, labial, lingual, bucal y palatino; expulsan una secreción exocrina denominada esputo o saliva; formada por 99% agua y 1% conformada por electrolitos y proteínas; que ablanda los alimentos, pero también mantiene hidratada las mucosas de la boca y produce anticuerpos para combatir gérmenes.1
Enfermedades de las glándulas salivales
Podemos ver, que cuando se presenta sequedad bucal, un sinsabor en la boca, dificultad para abrir la boca o dolor e inflamación en la cara o cuello, puede deberse a una alteración de alguna de las glándulas que producen saliva. De ahí, que buscar la orientación medica sea una buena idea. Ya que, puede relacionarse con una de los trastornos más comunes de las glándulas salivales, infección, obstrucción o proliferación de células cancerígenas.1
Además, es mejor acercarse a un diagnóstico preciso. Sobre todo, porque entre las posibles causas también puede estar las infecciones virales como las paperas y algunas enfermedades autoinmunes como el síndrome de Sjögren, que ataca la saliva y las lágrimas. No obstante, la mala higiene oral, la poca ingesta de agua, el tabaquismo, algunos medicamentos y enfermedades crónicas, también pueden originar alteraciones comunes en las glándulas salivales, de una manera temporal o permanente.2
Por lo tanto, el profesional de la salud, se apoyará en pruebas de laboratorio como examen de sangre para detectar algún tipo de infección. A la vez que puede recurrir a pruebas diagnósticas como tomografía computarizada, resonancia magnética o ultrasonido para evidenciar algún tipo de obstrucción de conductos, presencia de masa o alteración estructural en los tejidos.2
¿Es posible paliar los síntomas?
Sabemos que, el diagnóstico temprano es muy prometedor. Sobre todo, porque el tratamiento puede empezar por reforzar las pautas de higiene oral y evitar los factores de riesgo, como dejar de fumar y exponerse a lugares de alta contaminación ambiental. Además, masticar chicle sin azúcar y consumir agua con frecuencia son alternativas para estimular la producción de saliva.
Así mismo, el tratamiento farmacológico o quirúrgico será el ideal de acuerdo al cuadro clínico individualizado. De ahí, que en algunas ocasiones se necesite el apoyo de un grupo multiprofesional; especialmente en los casos de cáncer de glándulas salivales; ya que, la intervención del psicólogo, terapeuta y fonoaudiólogo, harán más fácil la recuperación del paciente.
De esta manera, vemos que los trastornos más frecuentes de las glándulas salivales se dan por infecciones, obstrucciones de los conductos o por la presencia de células cancerígenas. Pero, también notamos, que existen mecanismos de prevención donde la buena higiene oral es protagonista. Por lo demás, visitar al médico ante cualquier anomalía y seguir las pautas clínicas, son los principales mecanismos para mantener a punto la salud.
Referencias:
- Llena Puy Carmen. La saliva en el mantenimiento de la salud oral y como ayuda en el diagnóstico de algunas patologías. Med. oral patol. oral cir. bucal (Internet) [Internet]. 2006 sep. [citado 2021 Jul 30]; 11(5): 449-455. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1698-69462006000500015&lng=es.
2.Rebolledo Cobos M., Carbonell Muñoz Z., Díaz Caballero A. Sialolitos en conductos y glándulas salivales: Revisión de literatura. Av Odontoestomatol [Internet]. 2009 dic [citado 2021 Jul 30]; 25(6): 311-317. Disponible en:
http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0213-12852009000600002&lng=es.