Las emociones conectan el cuerpo y la mente, integrando pensamientos,sentimientos y comportamiento, de una manera diferente en cada género. Sobre todo, porque la cultura y tradición, durante muchos años ha marcado limites en la manera en que debemos procesar los sentimientos. indicando que solo el sexo débil puede reaccionar a estímulos multisensoriales mostrando libremente su expresividad emocional.
Diferentes géneros, diferentes respuestas emocionales
Las emociones son un conjunto de procesos que se activan como respuesta a un estímulo. influenciadas por atributos fisiológicos, experiencias vividas, medio ambiente y normas sociales. Es así, como algunas teorías afirman que son moldeadas por la subjetividad con que evaluamos cada situación que vivimos, fluctuando entre un carácter depresivo y la euforia.
Con respecto a los trazos culturales de las emociones, algunos estudios determinan que los grupos sociales marcan un estereotipo específico sobre el manejo emocional. Haciendo alusión a las características primarias, donde el enojo está relacionado con el poder y llorar refleja sumisión.
De esta manera exponen como los habitantes de países como el Salvador, Guatemala y Chile, se caracterizan por su expresividad, modestia y preocupación por los demás. Mientras, los coterráneos de Venezuela y México, tienen un rol machista, con predominio del dominio, la competencia y la falta de expresividad.1
Además, los científicos afirman que es posible que la estructura cerebral se adapte a raíz de su plasticidad en torno a la repetición de las exigencias sociales y culturales, sobre el control emocional. Lo que lleva a que los hombres influenciados por el arraigo de las tradiciones dejan en forma inconsciente de estimular la amígdala encargada de gestionar las emociones. Igualmente, los cambios hormonales en las mujeres puede ser parte de su comportamiento emocional.
Otras explicaciones, se basan en los cambios físicos del cerebro. Analizando y evaluando aspectos escanográficos de individuos de ambos sexos. Observado que la mujer es más intuitiva, empática y expresiva, porque posee conexiones nerviosas entre ambos hemisferios. Mientras los hombres son más ejecutivos, sexuales y racionales, por tener mayor número de conexiones nerviosas en la zona motora.2
Las evaluaciones psicológicas, también muestran que los distintos géneros captan y de una forma diferente la percepción que tienen del mundo que los rodea. Es así, como una mujer y un hombre pueden exponerse al mismo estimulo negativo al mismo tiempo, generando tristeza, nostalgia y desolación en ella. Pero surgiendo el enfado, la agresividad y la apatía, en él.
De esta misma manera, en ambos géneros existe la tendencia a desarrollar enfermedades mentales degenerativas diferenciadoras. Ya que, la ansiedad, la depresión y los trastornos alimentarios tienen mayor prevalencia en las féminas. En tanto, los varones presentan una tendencia más marcada a desarrollar conductas antisociales y refugiarse en las adicciones, aunque la esquizofrenia y la hiperactividad se relacionan con ellos.
El género, hace que expresemos entendamos y gestionemos las emociones de forma diferente. En gran medida porque el enfoque cultural se arraiga en el cerebro, haciendo que las manifestaciones de lo que sentimos sea visto como debilidad, dejando las expresiones en exclusiva a las mujeres. Así mismo, la ciencia explora el comportamiento neuronal, encontrando conexiones y estructuras fisiológicas, que delatan las tendencias emocionales de cada uno de los individuos.
Referencias:
1. Itzier Fernández, Elena Zubieta, Darío Páez. Expresión e inhibición emocional en diferentes culturas. Universidad del país vasco. Puede consultarse en: https://www2.uned.es/dpto-psicologia-social-y-organizaciones/paginas/profesores/Itziar/FernandezCLPaidos.pdf.
2.Klara Spalek, Matthias Fastenrath, Sandra Ackermann and others. Sex-Dependent Dissociation between Emotional Appraisal and Memory: A Large-Scale Behavioral and fMRI Study. Journal of Neuroscience. [internet] January 2015 [ consulted 11 march 2021]; 35 (3): 920-935. Available in:
https://www.jneurosci.org/content/35/3/920.