Los cambios en la microbiota intestinal impactan tanto en las respuestas intestinales como en las conductuales en el síndrome del intestino irritable, de acuerdo con un estudio hecho por investigadores de la Universidad McMaster de Hamilton (Canadá). El hallazgo conducirá a la creación de nuevos tratamientos dirigidos a la flora del intestino.
Giada De Palma, co-autora de la investigación, cree que “se trata de un estudio histórico porque los resultados no sólo sugieren la existencia de una simple asociación y evidencian que los cambios en la microbiota impactan tanto en las respuestas intestinales como en las conductuales en el SII”.
El estudio practicado en ratones y publicado en Science Translational Medicine, consistió en trasplantar la materia fecal de pacientes con SII a ratones receptores y ver si estos tenían algún cambio en su función intestinal y cerebral. Los ratones sí experimentaron cambios en la función intestinal y en su comportamiento, similares a los de sus donantes.
Entre los cambios que experimentaron los roedores fueron: tránsito gastrointestinal, disfunción en la barrera intestinal, inflamación y ansiedad. De acuerdo a De Palma esto significa:
“Nuestros hallazgos plantean la posibilidad de que las terapias dirigidas a la microbiota, incluyendo el tratamiento pre o probiótico, puedan ser beneficiosas en el tratamiento no sólo de los síntomas intestinales sino también de las manifestaciones conductuales asociadas al SII”.
Los científicos piensan que el estudio brinda evidencia suficiente para entender la importancia de la microbiota intestinal en relación con trastornos cerebrales, ya que pueden impactar en el estado en el estado de ánimo, provocar ansiedad, problemas de autismo, enfermedad de Parkinson, entre otras.
No obstante, no es evidencia suficiente para definir concretamente cómo se vincula la flora intestinal con estos trastornos, se necesitarán llevar a cabo más estudios, según los autores de la investigación.