Una de las actividades altruistas que pueden significar la diferencia entre la vida y la muerte para una persona es la donación de un órgano; sin embargo, no todo es felicidad. Se debe tener en cuenta que existen protocolos que se deben acatar para realizar los procedimientos de forma segura y legal. De cara a este panorama, en décadas recientes se han denunciado actividades delictivas como el tráfico de órganos.
Ante una actividad tan peligrosa y riesgosa, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) presentó una actualización a sus medidas para terminar con el tráfico de órganos. De esta manera, todos los países miembros se comprometen a acatar las medidas señaladas a continuación.
1. Capacitar a las fuerzas del orden, a los agentes de control de fronteras y profesionales sanitarios para detectar posibles casos, incluso en internet, de tráfico de órganos y trata de personas con fines de extracción de órganos y denunciar prácticas ilegales presuntas o confirmadas.
2. Desarrollar sus propios sistemas de trasplantes, según los principios éticos defendidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y sobre los que se asienta el sistema nacional de trasplantes.
3. Velar porque la extracción de órganos humanos se produzca en centros específicamente autorizados por las autoridades sanitarias nacionales; realizar auditorías periódicas de los centros acreditados para la donación y el trasplante.
4. Desarrollar registros que permitan garantizar la transparencia de la donación y el trasplante, la trazabilidad, la calidad y seguridad de los órganos humanos.
5. Aportar información periódica a los registros internacionales, como el Observatorio Mundial de Donación y Trasplante establecido por la OMS.
6. Adoptar todas las medidas necesarias, incluidas las jurídicas, para proteger a las víctimas de trata y buscar fórmulas para remediar la vulnerabilidad de las personas que venden sus órganos.