Las redes sociales se encuentran en uno de sus puntos más altos. Cada vez son más las personas que las utilizan de forma cotidiana e inclusive es probable que tú las emplees a diario. Pero no sólo sirven como una forma de entretenimiento sino que pueden funcionar en la atención a los pacientes.
Dentro de la variedad de opciones, una de las más populares es WhatsApp por su facilidad y comunicación al instante. Si todavía no la utilizas con tus pacientes, es momento de que lo hagas por todos los beneficios que ofrece. Aunque antes de hacerlo es importante que respetes las siguientes reglas básicas.
No funciona para ofrecer diagnósticos profundos
Lo primero que le debes de dejar en claro a tus pacientes es que WhatsApp puede sirve de complemento a lo visto durante las consultas generales. Otra utilidad es para agendar citas médicas. Pero de ningún motivo es para ofrecer un diagnóstico profundo porque para eso se requiere una revisión física.
Establece días y horarios para su uso
Aunque la idea es utilizar WhatsApp como una extensión del consultorio, primero debes de explicarle a tus pacientes el horario en el que pueden escribirte. Esto es muy importante para evitar que recibas mensajes en horarios inapropiados que puedan alterar tu estilo de vida.
Preguntas concretas
Para poder resolver una duda de forma correcta a través de WhatsApp, lo ideal es que el paciente realice la interrogante de la forma más simple y directa. Para cuestiones más extensas puede resultar insuficiente esta forma de comunicación y es necesario agendar una cita médica.
Sólo para uso personal
Para respetar la privacidad y evitar cualquier tipo de malinterpretaciones, le debes de comentar a tus pacientes que sólo te escriban para dudas personales y no para responder preguntas de terceros.
No utilizar fotografías sin consentimiento del paciente
Aunque el paciente te puede enviar fotografías o archivos para complementar su duda, recuerda que jamás utilizarla sin su consentimiento para no afectar su privacidad.