Ser un profesional de la salud que ofrece consultas a los pacientes no es nada sencillo. Cada persona es distinta y siempre cambia el trato. Con algunos puede ser muy sencilla la relación pero con otras se complica el trabajo.
Aunque no es lo deseado, existen ciertas circunstancias que obligan a la conclusión de la relación médico-paciente. Las causas pueden ser diversas, pero a continuación te presentamos las más comunes.
Falta de apego al tratamiento
Una de las causas por las cuales se puede romper la relación es cuando el paciente no sigue las instrucciones que le das y no quiere o no puede apegarse al tratamiento. Esta situación puede llegar a ser demasiado desesperante para muchos profesionales de la salud.
No se apega a las políticas del consultorio
Suele pasar que algunos pacientes llaman los fines de semana a los médicos para solicitar una prescripción a pesar de que las reglas del consultorio dicten que sólo se otorgará un número limitado de prescripciones entre cada visita.
Falta de seguimiento
Esto ocurre cuando el paciente cancela con frecuencia las consultas que ya tenía agendadas o cuando no se presenta a ellas sin avisarte.
Falta de pago
Otra causa común es cuando el paciente tiene una historia de deudas y no realiza ningún esfuerzo para acercarse al médico para negociar un plan de pagos.
Agresión física o verbal
Ocurre cuando el paciente o alguno de sus familiares agreden de alguna forma tanto a ti como a tus colaboradores. Para evitar situaciones extremas, lo mejor es terminar la relación.
Y en tu experiencia profesional, ¿te ha ocurrido alguno de los casos mencionados?