La vasectomía y la planificación familiar es un tema que no sólo debe ser interés del gobierno sino de todos como sociedad, debido a que por medio de esta se pueden realizar proyecciones al crecimiento poblacional y a muchos otros factores tales como desarrollo económico y social.
En el pasado, la ciencia se enfocó principalmente en crear y promocionar fármacos que permitan controlar el embarazo en mujeres, aun sabiendo que el periodo de fertilidad de las mujeres es más bajo que el de los hombres, debido a que, según la American Society for Reproductive Medicine, de 100 mujeres cerca a los 40 años que intentan quedar en embarazo, en promedio, menos de 5 consiguen completar el proceso de embarazo; mientras que en los hombres no es posible determinar una edad máxima a la que no puedan engendrar, a pesar de que la motilidad de los espermatozoides puede disminuir alrededor de los 70 años.
Adicionalmente, se hace necesario resaltar que los hombres son fértiles todos los días durante su periodo fértil, por el contrario, las mujeres cuentan con días más fértiles que otros durante sus ciclos menstruales. Por lo mencionado anteriormente, la fertilidad y la planificación es algo que no sólo debería ser responsabilidad de las mujeres, y, aunque la medicina no se esfuerce mucho en investigar el campo de planificación masculina y son contados los métodos pensados para hombres, uno de ellos es bastante eficaz: LA VASECTOMIA.
Según la OMS, la confiabilidad de la vasectomía es de un embarazo por cada mil mujeres en un año cuando se usa de forma constante y correcta. Siendo uno de los métodos más seguros y con menos efectos secundarios sobre el cuerpo de quien se practica esta pequeña operación.[1]
Profamilia, organización privada y sin ánimo de lucro cuya misión es promover el respeto y el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos de la población colombiana, ha realizado menos de 275 mil vasectomías a lo largo de 46 años, en un país donde los hombres fértiles son cerca de 16 millones. Considerando los datos anteriores y asumiendo que las cantidades se mantienen estables, es posible concluir que solo un poco más del 1,7% de los hombres colombianos fértiles se encuentran esterilizados.[2]
Entre estadísticas realizadas por el Ministerio de Salud colombiano en 2015, destaca la siguiente cifra (la cual dice más sobre el pensamiento machista colombiano que sobre los métodos de planificación): el 95,1% de los hombres aprueba el uso de métodos de anticonceptivos por parte de sus parejas, de lo que se puede observar que la sociedad masculina ve la anticoncepción como responsabilidad de su pareja y no de ellos como tal.
Para lograr una reproducción sexual responsable, segura e inteligente, es necesario educar a toda la sociedad, tanto hombres como mujeres para que sean parte de una misma función: mantener los niveles de natalidad de un país bajo control, con el fin garantizar el fácil acceso a todos los seres humanos a recursos básicos, y así reducir al máximo la cantidad de embarazos no deseados, puesto que la planificación es un derecho fundamental en cualquier sociedad, ya que por medio de este, se puede decidir bajo que condiciones se desea traer una vida al mundo, y que ambos padres sean igualmente responsables por esta nueva vida.
[1] Planificación familiar (who.int)
[2] 0120-386X-rfnsp-37-01-66.pdf (scielo.org.co)
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