A raíz del avance en el programa de vacunación contra la COVID19 en México, la Secretaría de Salud (SSA) ha registrado el impacto que la inmunización de los sectores de la población con mayor riesgo en la tercera ola de la pandemia. Ahora, los mayores de 29 años son quienes están esperando la segunda dosis de la vacuna contra el virus SARS-CoV-2 mientras que a partir del próximo martes se comenzará la inmunización para las personas mayores de 18 años.
En la primera y segunda ola de la pandemia, tanto las cifras de casos positivos de COVID19, como de hospitalizaciones y defunciones, crecían de forma simultánea, aunque con diferentes intensidades. Ahora, con la fracción de la población que tiene una mayor posibilidad de padecer un cuadro grave o letal de la enfermedad ya vacunada, las cifras de casos positivos aumenta, mientras que las hospitalizaciones y defunciones no han tenido cambios tan agresivos.
La SSa evaluó la metodología del semáforo de riesgo
Esto no quiere decir que las personas menores de 30 años no tengan la posibilidad de fallecer en un hospital en caso de ser contagiadas. En la Ciudad de México, además de la curva de crecimiento en los números de contagio, también está incrementando el número de personas que mueren o que son hospitalizadas por el virus SARS-CoV-2. Tanto así que la capital regresó a semáforo naranja a partir de mañana, por órdenes de la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbuam.
Aún así, la SSa evaluó la metodología del semáforo de riesgo epidémico para una nueva calibración de los indicadores, según el comportamiento de la pandemia ahora que ya hay una fracción de la población vacunada. Esta recalibración afectará la manera en que se calcula el semáforo de riesgo a nivel nacional.
El propósito de la Secretaría de Salud es que las entidades puedan pasar más tiempo en un nivel verde o amarillo de riesgo, y que cuando se pasen a niveles naranjas o rojos sea porque ya hay necesidad de tomar medidas drásticas. Las autoridades sanitarias pretenden que, mientras un virus tengan el potencial de ser “endémico”, que los estados estén en riesgo, y que cuando se pasen a niveles naranjas o rojos sea porque ya hay necesidad de tomar medidas drásticas.
Antes los indicadores tenían el mismo peso
Antes, el nivel de riesgo naranja abarcaba un rango más amplio con respecto a los otros. ES decir, “el 20% del semáforo era el nivel bajo (verde), 20% el nivel moderado (amarillo), el 40% el nivel alto (naranja) y el 20% nivel máximo (rojo)”. Ahora, desde la SSa se volvieron a repartir las proporciones, para que, cada nivel, ocupe un 25%, de tal forma que la mitad del semáforo es para niveles bajos y moderados de riesgo, mientras que la otra mitad será para niveles altos y máximos.
Los indicadores de riesgo son las cifras como el número de contagios, hospitalizaciones y defunciones. Dependiendo de cuántos de estos indicadores presentan datos preocupantes, es el nivel de riesgo que se estima con el semáforo. Ahora, los indicadores son:
- Tasa de incidencia de casos estimados activos por 100 mil habitantes.
- Tasa de mortalidad por 100 mil habitantes.
- Tasa de casos hospitalizados por 100 mil habitantes.
- Porcentaje de camas generales ocupadas en los hospitales de la Red IRAG.
- Porcentaje de camas con ventilador ocupadas en los hospitales de la Red IRAG.
- Porcentaje semanal de positividad al virus SARS-CoV-2.
- Tendencia de casos hospitalizados por 100 mil habitantes.
- Tendencia de casos de síndrome COVID19 por 100 mil habitantes.
- Tendencia de la tasa de mortalidad por 100 mil habitantes.
Antes, los 10 indicadores de la SSa tenían el mismo peso a la hora de calcular el semáforo de riesgo: el 10%. Ahora, se redujo el valor de casos estimados activos, que bajó al 5 por ciento, para dar más importancia al porcentaje de ocupación hospitalaria, que ahora tendrá un peso del 15% en el cálculo de riesgo epidémico.