El cáncer se ha convertido en una patología de primer orden en nuestro país. Cuando se habla de cáncer, es necesario tener en cuenta que no se habla de una sola enfermedad, pues en este término se incluyen una serie de enfermedades diferentes, con orígenes y causas diversas, manifestaciones de diferentes tipos, diagnóstico, pronósticos y tratamientos también muy diferentes entre sí, que además tiene repercusiones sociales, emocionales y económicas. En términos generales, el cáncer se produce en la alteración de células que sufren un cambio en sus patrones de división celular, permitiendo su proliferación descontrolada y dan lugar a modificaciones en la función, forma y tamaño del tejido afectado.[1]
Hay una estrecha relación entre la nutrición y el cáncer, desde el punto de vista causal y de mucha importancia en la prevención, al igual que en la tolerancia al tratamiento oncológico y en la supervivencia. Debido a que la alimentación puede ser un factor etiológico del cáncer, de forma tal que algunos factores dietarios, inciden en el aumento del riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer.[2]
El rol que cumple la alimentación en el desarrollo carcinogénico, puede ser diferente en función de cada persona y en especial en función del tipo de cáncer. Por ejemplo, aquellos que afectan al sistema digestivo, están relacionados con la alimentación en la mayoría de los casos.
Por ejemplo, el consumo excesivo de grasas está relacionado con el cáncer de mama, colon, próstata y pulmones. Los excesos de proteína de origen animal, se relacionan con la incidencia del cáncer de próstata y de colon.
La forma en que se procesan y conservan los alimentos se ha relacionado con el aumento de ciertos tipos de cáncer; en el proceso de ahumado, fritura o asado se producen compuestos heterocíclicos relacionados con el riesgo de padecer cáncer de esófago y estómago.
En el agua y en algunos alimentos pueden aparecer concentraciones moderadas de derivados nitrogenados, que durante la transformación que sufren con las enzimas de la saliva dan lugar a nitrosaminas[3] que estimulan el desarrollo de ciertos tipos de cáncer como el hepático.
El alcohol es otro factor de riesgo muy importante y que contribuye en la aparición de tumores y cánceres de diferentes tipos.
Por otro lado, las frutas y verduras son los alimentos que han demostrado tener un efecto protector en el desarrollo de muchos tumores; la fibra que contienen es el mayor protector frente al cáncer de colon y recto.
En Colombia se desarrollan marcos de acción específicos para el control del cáncer, basados en gran medida en la prevención integrada de factores de riesgo para la población, en la posibilidad de la detección temprana y en la oportunidad, efectividad y continuidad en la atención de los pacientes, para contribuir al mejoramiento de su calidad de vida invitando a realizar cambios en la alimentación para hacer de ella un medio de protección y prevención.
Estos objetivos tienen como fin básico el control del mismo. En el caso de nuestro país se hace énfasis en la necesidad de una atención continua, desde las acciones de prevención, rehabilitación y cuidados, debido a que con mucha frecuencia estas actividades son desarrolladas por sectores o instituciones independientes.
[1]https://www.who.int/nutrition/publications/obesity/WHO_TRS_916_spa.pdf [2] https://www.who.int/cancer/prevention/es/
[3] Las nitrosaminas son compuestos químicos cuya estructura química es R1N(-R2)-N=O. Algunas nitrosaminas son carcinógenas