En un discurso cargado de populismo prometiendo poner a Estados Unidos “en primer lugar” y proteger las fronteras contra el libre comercio y la inmigración, Donald Trump asumió la presidencia del país y enseguida firmó su primer decreto, el cual va en contra del sistema de salud basado en la Ley de Cuidado de Salud Accesible (Ley ACA) conocido simplemente como Obamacare.
El jefe de gabinete, Reince Priebus, explicó que el documento “orienta a departamentos y agencias a reducir la carga” financiera del sistema antes de derogar la Ley ACA.
A escasas horas de haber tomado el control de la Oficina Oval, el cuerpo de prensa de la Casa Blanca testificó la firma del decreto que pretende “crear un mercado de seguros de salud más libre y más abierto”.
Así, Trump cumplió su promesa de campaña referente a dedicarse desde el primer día de su gobierno a desmantelar el Obamacare, ya que lo considera un “desastre completo” al ser demasiado oneroso y contar con muchas regulaciones.
En la página web de su campaña Trump prometió pedir al Congreso entregar “de inmediato una revocación total de Obamacare”, algo que ya avanzó el Legislativo de mayoría republicana a través de una regla de procedimiento presupuestario que le da herramientas para eliminarlo.