Los efectos de la pandemia se pueden estudiar a varios niveles. Pero sin duda, uno de los estragos más violentos que dejó fue el aumento de la obesidad. Y por lo tanto, un aumento en las consultas de nutrición.
Mala alimentación = sobrepeso
Según Forbes, la ingesta de alimentos poco saludables y la poca cultura de hacer ejercicio ha provocado un incremento alarmante en el porcentaje de la población que padece sobrepeso y todas las consecuencias que eso conlleva. Una de las más importantes, durante la actual contingencia sanitaria por Covid-19, es la estrecha correlación que existe entre la obesidad y el mayor riesgo de infectarse por Covid-19.
De hecho, un grupo de catedráticos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), advierten que alrededor del 30% de los niños mexicanos con sobrepeso y obesidad presentan actualmente un estado prediabético. Lo que significa que los niveles de azúcar en su sangre son más altos de lo normal, pero no lo suficiente para provocar (al menos a corto plazo) diabetes tipo 2.
Diabetes en aumento
Citando el artículo de El Médico Informativo; “En los últimos cuatro decenios, las tasas de obesidad en la población infantil y adolescente se han disparado en todo el mundo, y continúan haciéndolo en los países de ingresos medianos y bajos. Por lo que respecta a los países de ingresos altos, estas tasas se han estancado en años recientes, pero se continúan manteniendo a niveles inaceptables”. Majid Ezzati, catedrático de la Facultad de Salud Pública del Imperial College de Londres.
Relatos de los expertos
Irene Zamora, nutricionista del Hospital HLA Mediterráneo (Almería). “Hasta la pandemia, los picos habituales en las consultas se producían antes de verano. Por parte de personas interesadas en bajar su peso de cara a las vacaciones. Ahora el interés ha derivado hacia una preocupación más global por su salud, incluyendo, dentro de ésta, la salud nutricional”.
Raquel Escortell, nutricionista de la Clínica HLA Vistahermosa (Alicante), aporta por qué preocupan más estas consultas de nutrición. “Los pacientes, a raíz de la pandemia, están más concienciados sobre su alimentación. Los que tienden a comer menos a causa de la situación actual lo hacen por una cierta obsesión por una dieta hipocalórica como vía para contrarrestar los momentos de confinamiento y sedentarismo”. Esto ha derivado en un trastorno de la alimentación.
¿Hambre emocional?
Por otra parte, Laura Alfaro, psicóloga especialista en nutrición de la Clínica HLA El Rosario (Albacete), habla del “hambre emocional”. “La intención es calmar un conflicto emocional, lo que puede causar, a su vez, sobrepeso y, desde el punto de vista psicológico, sentimientos de culpa y baja autoestima”.
Consultas de nutrición, en aumento…
En estas consultas de nutrición se observa que el perfil de las personas que sufren hambre emocional es el de una mujer de entre 35 y 65 años que pierde el control comiendo. Así, es necesario tratar las emociones que el paciente siente, su origen y la forma de gestionarlas en cada momento.
“Muchas veces se ve al nutriologo como la persona que solamente se encarga de hacer dietas y de ayudar a las personas a bajar de peso, pero realmente, lo más importante es que nosotros ayudamos a través de la educación, a través de la consejería o la terapia nutricional, a que las personas puedan adoptar un estilo de vida más sano que eviten que lleguen al sobrepeso”, puntualizó.
Nutriólogo: un papel importante en la sociedad
Es así, que hoy en día el papel de los nutriólogos se vuelve fundamental para dar frente a la pandemia que se vive a nivel mundial. Por lo tanto, reconocemos su invaluable compromiso con la salud y sus esfuerzos para lograr una alimentación saludable en la población frente a la pandemia.
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