El miércoles pasado alrededor de las 5:30 pm, una tarde nublada en Guadalajara, sonó la extensión del doctor Rogelio Fernández, cirujano plástico con 20 años de experiencia y poseedor de una bella clínica al poniente de la ciudad, en una colonia comercial y dinámica que antiguamente fue una lujosa zona residencial.
Del otro lado de la línea su interlocutor se identifica como el doctor Gómez: “¿no te acuerdas de mí Rogelio?, fui tu compañero en la facultad de medicina en el primer semestre, soy el doctor Gómez”.
Nuestro amigo el doctor Fernández no recuerda al doctor Gómez, pues han transcurrido varias décadas desde que éste curso el primer semestre de la carrera de Medicina, así que amablemente intenta contestar sin que el “doctor Gómez” se sienta ofendido:
Dr. Fernández: Sí, me acuerdo de ti, ¿en qué te puedo servir.
Dr. Gómez: Fíjate que no vivo aquí en Guadalajara, pero mi mamá vive aquí, a tres cuadras de tu clínica y tengo que hacerle una curación, por lo que quería pedirte si fueras tan amable de prestarme un paquete de gasas, ¿me lo podrías mandar con tu asistente por favor?
Dr. Fernández: Con mucho gusto, te voy a mandar dos paquetes y algo de alcohol con Mari mi asistente.
Dr. Gómez: Te lo voy a agradecer muchísimo Rogelio. Por favor pásame el número de Mari para darle las indicaciones, para que no se pierda y llegue de la manera más fácil aquí con mi mamá.
Dr. Fernández: Con gusto, el teléfono de Mari es…
Mari la asistente sale al encuentro del doctor Gómez y 10 minutos después el doctor Rogelio recibe una nueva llamada para informarle que todo se ha tratado de una farsa y que levantarán a Mari en caso de no acceder a pagar un rescate.
Tras la llamada el doctor Fernández intenta comunicarse de nueva cuenta con Mari, pero no le es posible, pues su teléfono se mantiene ocupado. Afortunadamente a ella no le ha pasado nada, simplemente los extorsionadores la mantienen al teléfono para que nadie más pueda comunicarse con ella y de esa forma ganar tiempo para efectuar la extorsión.
Ante tal situación el doctor Fernández tuvo que salir en su auto a recorrer las calles en busca de Mari, a quien encuentra libre e ilesa para poder informarle lo sucedido sin pagar el dinero solicitado.
Moraleja: Cuidado con los desconocidos, es importante estar atentos a esta nueva modalidad de extorsión, la cual se desarrolla desde los penales. Es preferible hacer preguntas a pesar de que nos provoque un poco de vergüenza el no recordar a las personas.
LCC Juan Carlos Guerrerosantos A.
@triunfadoctors