La mortalidad materna, mide la calidad de servicios sanitarios y sanidad, pero también las condiciones económicas de la sociedad. Porque, factores como la equidad, educación, vivienda y oportunidades, marcan un derrotero de riesgo materno-fetal, especialmente en los países en vía de desarrollo, donde las condiciones de vida son precarias.
La pérdida social, de un ser que trae y cuida la vida, es catalogado por muchas culturas como una calamidad. Principalmente, porque genera un impacto en la estructura y dinámica familiar, que acarrea duelo, supervivencia de hijos y restitución de hogares. Por tanto, los gobiernos buscan establecer medidas que prioricen la prevención de la muerte materna, ya que, en la mayoría de los casos es evitable, por los conocimientos médicos de la actualidad.1
El desarrollo social influye en los indicadores de mortalidad materna
Las estadísticas indican que las mujeres que viven en países de mayor desarrollo económico y social, presentan menores índices de muerte materna. Sobre todo, porque tienen menos hijos y cuentan con un sistema de salud robusto. Además, le dan más importancia a viajar y desarrollarse profesionalmente, que tener una familia y dedicarse a la crianza.
En México, en el periodo del 2010 al 2018 se ha visto un aumento en muertes maternas a causa de los abortos, seguido por hipertensión, hemorragias y enfermedades obstétricas indirectas. Sin embargo, en cifras reveladas sobre parte del 2020 el Covid, relego el aborto al quinto puesto. Pero de igual manera la hipertensión y la hemorragia, ocuparon los mismos lugares.2
Trastornos maternos relacionados con el embarazo, complicaciones en el trabajo de parto, dificultades con el puerperio, secuelas obstétricas o enfermedades que se agravan tiempo después, por los cambios hormonales del embarazo. Son los riesgos más comunes que una mujer atraviesa en el proceso de gestación. Especialmente, cuando no realiza controles prenatales, que sirven para vigilar y hacer seguimiento a la gestante.3
Ser mujer, es considerado un factor de riesgo. Pero, la planificación familiar, el control de embarazos saludables, la atención por parte de profesionales ampliamente calificados y la aplicación de políticas públicas que garanticen cuidados obstétricos de calidad. Son estrategias ampliamente estudiadas que restan peligros, a la vez que protegen la vida y respetan los derechos reproductivos de las féminas.
Algunos trazos investigativos, evidencian que la realidad sobre la mortalidad materna se debe a la poca accesibilidad cultural y física a los sistemas de salud por parte de la mujer embarazada. Agravándose en forma evidente por el desconocimiento o desinterés, sobre los cuidados prenatales que deben seguir durante y después del embarazo, para proteger la salud y la vida de ella misma y de su bebe.
La mortalidad materna es un problema por resolver, que inquieta a los organismos internacionales. Por eso en México, se incorporan programas de salud perinatal y lactancia materna. Además, ofrecen otros recursos, como son el tamiz neonatal y auditivo, la administración de ácido fólico y, sobre todo, la intervención temprana. Buscando resguardar el bienestar integral de la mujer y por ende, el de toda la sociedad en general.
Referencias:
1, Rodríguez-Leal, D., Verdú, J. Consecuencias de una muerte materna en la familia. Aquichan. [internet] 2013 [consultado 12 marzo 2021]; Vol. 13 (3): 433-441. Disponible en:
http://www.scielo.org.co/pdf/aqui/v13n3/v13n3a11.pdf.
- Hilda E. Argüello Avendaño. Seminario La mortalidad materna en México hoy. observatorio de mortalidad materna en México. [internet] 2020[ consultado 12 marzo 2021]. Disponible:
- Pisanty-Alatorre J. Inequidades en la mortalidad materna en México: un análisis de la desigualdad a escala subestatal. Salud Publica Mex [Internet]. 23 de octubre de 2017 [citado 12 de marzo de 2021];59(6, nov-dic):639-4. Disponible en: https://www.saludpublica.mx/index.php/spm/article/view/8788.