Si usted es un profesional de Salud en Colombia, se sorprenderá al leer esta línea del tiempo, sobre las contribuciones de los médicos colombianos a la medicina mundial.
En 1513, Pedrarias Dávila, fundó el primer hospital del país en Santa María La Antigua del Darién, para atender enfermedades tropicales, en 1528, el García de Lerma, en Santa Marta y en 1537, el San Sebastián, en Cartagena.
En 1564 San Pedro, en Bogotá, consolidó la educación médica en Colombia.
En 1872 José Celestino Mutis estudió el tratamiento de enfermedades propias de la región, junto con una campaña de vacunación frente a la viruela.
Para el siglo XX los médicos colombianos empiezan a tener prestigio al ser considerados entre los mejores del continente que aún hoy se mantiene.
En 1966, Salom Hakim desarrolló una válvula unidireccional para regular el drenaje del líquido cefalorraquídeo. Diseñó en un taller personal, un cono de acero inoxidable, una esfera de zafiro sintético y un resorte con el que regulaba la válvula siendo eficiente y segura, al punto de ser patentada en Estados Unidos. Cedió sus derechos para su producción mundial.
En 1979, Édgar Rey Sanabria y Héctor Martínez Gómez, médicos del Hospital Materno Infantil en Bogotá, propusieron el proceso natural de los canguros para completar el desarrollo de sus crías aplicado al manejo de bebés prematuros o con muy bajo peso al nacer. Surgió como una alternativa ante la carencia de recursos para atender a los recién nacidos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la convirtió en una estrategia mundial.
En marzo de 1984, el cirujano Oswaldo Borráez: a un hombre se le estalló parte del hígado y no tenía las vísceras lesionadas. Frente al aumento de la presión abdominal con un edema del intestino que impedía cerrarlo. Al no disponer de una malla por las limitaciones económicas del hospital, utilizó las bolsas de los sueros y se las fijó con puntos a manera de pared abdominal. El paciente evolucionó favorablemente permitiéndole hacerle monitoreo, y salvarlo. Los médicos de Estados Unidos se sorprendieron por este recursivo adelanto que fue presentado en congresos mundiales, se conoce como la bolsa de Borraez o bolsa de Bogotá.
Entre 1978 y 1980 el profesor Emilio Yunis, padre de la genética en Colombia, se centró en un caso de niños afectados por alteraciones genéticas únicas no descritas hasta el momento, con alteraciones óseas en el cráneo, ausencia de clavículas, algunos dedos y huesos en manos y pies y depósitos de sustancias en algunas células. Llegaron a la conclusión de una nueva enfermedad que fue incluida en todos los libros de medicina del mundo, denominada como el síndrome de Yunis-Varón, en razón a que el radiólogo Humberto Varón lo acompañó.
En 1987 Manuel Elkin Patarroyo después de identificar las partículas en algunos parásitos, replicó los elementos que reaccionan en el cuerpo y dejan memoria en el sistema inmune para defenderse ante un ataque por primera vez elaborados a partir de la síntesis molecular. En el 2014 fue considerado como el aporte más significativo de la ciencia colombiana para el mundo.[1]
Rodolfo Llinás lleva más de cincuenta años estudiando la sinapsis del calamar, lo que le sirvió para entender el origen de enfermedades como el Alzheimer y crear la magnetoencefalografía, una técnica que permite ver la actividad cerebral en tiempo real y en tres dimensiones.
Esto es el amor de los médicos motivados por su profesión, plasmados a través del tiempo, si usted es un profesional de salud colombiano cabe preguntar ¿cuáles son sus contribuciones a un mejoramiento en este campo?
[1] (Unidad de Salud, 2019)
- Material dirigido solo a profesionales de la salud.
- Información realizada para profesionales de la salud en territorio colombiano.
- Todo lo publicado en la plataforma es una recomendación, mas no una prescripción o indicación médica.
RB-M-17299