Dentro de un laboratorio, la seguridad siempre debe ser prioridad. No importa si es clínico o de investigación, este tipo de instalaciones siempre tienen un riesgo inherente. Estas precauciones no solamente sirven para hacer el trabajo más eficiente. También son necesarias para mantener el bienestar físico y financiero del equipo y del espacio laboral.
Sin embargo, no siempre existe una cultura que promueva buenas prácticas de seguridad. En particular, algunos colaboradores podrían estar reticentes a reportar accidentes y heridas de trabajo. Este fenómeno es peligroso, no solo por las implicaciones de salud. También puede significar, en un caso extremo, consecuencias legales con las instancias oficiales.
Por una cultura más responsable en el laboratorio
Es importante establecer que muchos colaboradores no reportan accidentes por miedo. Puede ser que la lesión sea producto de un descuido o mal manejo de procesos. Puede ser que solamente se deba a un error humano. Incluso, puede que sea percibida como algo demasiado menor para justificar la molestia del proceso. En todos estos casos, tu personal puede ponerse en riesgo.
Lo primero que se debe de hacer es fomentar que la salud personal está primero. Refuerza entre tus colaboradores del laboratorio el uso de elementos de primeros auxilios y cuidado médico. Es importante dar a entender que esta atención no solo es para cuidar del bienestar individual. Se trata de precauciones que, en casos extremos, podrían incluso proteger a todo el equipo.
También es crucial crear un entorno de circulación de información. Cuando un accidente ocurra en el laboratorio, se debe hacer un esfuerzo por verlo de forma positiva. Es recomendable hablar con todo el personal y tener una discusión sana al respecto. En el intercambio de ideas incluso pueden surgir soluciones a eventos adversos recurrentes. Esto no solo crea soluciones, sino conciencia.
Fomentar el reporte de accidentes también tiene beneficios a largo plazo. Eventualmente, esta información puede convertirse en una base de datos. Con estas reflexiones, se pueden implementar iniciativas de seguridad contundentes. A largo plazo, estos proyectos pueden reducir el volumen de los eventos adversos del laboratorio. Mucho más que si se hubiera mantenido una cultura de secrecía en tu espacio de trabajo.