La asepsia es uno de los principios de consideración estricta en el contexto médico y de enfermería, se define como “ausencia de organismos infecciosos tales como virus, bacterias, hongos o cualquier otro tipo de microorganismos que pueden causar enfermedades”. El conocimiento y manejo de dichos principios es de suma importancia para el desarrollo de las funciones de los profesionales de la salud humana, puesto que tienen relación directa con la preservación de la salud y la vida de los pacientes, en especial de aquellos sometidos a intervenciones quirúrgicas.[1]
Importancia de la asepsia y sus principios
El personal calificado que participa en los procedimientos de asepsia y sus buenas prácticas, son de vital importancia en la prevención de cuadros infecciosos que representan riesgo para las personas que son sometidas a una cirugía. Durante un proceso quirúrgico, un parto o la curación de una herida, es normal que se realicen incisiones en la piel que exponen capas internas de ésta y órganos vulnerables a infecciones y a la contaminación, que pueden tener serias implicaciones para la salud de la persona intervenida.
Los principales objetivos de la asepsia son:
- Evitar la introducción de microorganismos potencialmente patogénicos al interior del organismo.
- Evitar la transmisión de microorganismos potencialmente patogénicos desde el personal de salud al paciente o viceversa. Cuando un paciente adquiere una infección durante su estadía en espacios hospitalarios, por lo general, se debe a contaminaciones provocadas por mal proceder o descuido del personal encargado de su cuidado. Por esta razón, existen algunas condiciones a tener en cuenta para conseguir y mantener la asepsia en los espacios destinados para el contexto quirúrgico. Entre las medidas a tener en cuenta, se encuentran las siguientes:
● La limpieza adecuada de las manos y la utilización permanente de guantes.
- Asegurarse de utilizar implementos, instrumentos y materiales estériles durante una cirugía.
- Identificar y mantener separados los elementos estériles de los que no lo están.
- Higienizarse constantemente.
- Mantener el ambiente en que se encuentra un paciente en condiciones lo más estériles posibles.
- El personal que tiene contacto con los pacientes, debe utilizar los equipos de protección adecuados y estériles.
- Identificar las posibles fuentes de contaminación ambiental, con el fin de mantenerlas bajo control.
- Cuando por cualquier motivo se pierde la esterilidad, es importante detectarla y corregirla lo antes posible.
Los principios de asepsia para una cirugía inician con la preparación del lugar donde se realizará la cirugía, al igual que de los elementos que se utilizarán durante la misma, teniendo especial cuidado de identificar y mantener separados los objetos y superficies estériles de los que no lo están y remediando cualquier tipo de contaminación de forma inmediata.
Los principios de asepsia médica que se deben aplicar en busca de prevenir, controlar o reducir la transmisión de microorganismos entre pacientes, entre el tratante y el paciente o entre los espacios y el personal de salud y/o los pacientes, están dirigidos a mantener limpias y desinfectadas las superficies y a separar de manera correcta los implementos sucios, limpios y estériles. Teniendo en cuenta que “limpio” no es lo mismo que “estéril”. La limpieza contribuye a disminuir parte de los microorganismos que puede haber sobre una superficie u objeto, clínico u ordinario. Mientras que estéril, se refiere a la remoción total de cualquier tipo de microorganismo que puede haber sobre una superficie u objeto.
De igual forma, es vital mantener algunos principios de asepsia al momento de realizar una curación con el fin de evitar infecciones o complicaciones innecesarias. Dichas medidas no están muy alejadas de los principios de asepsia antes mencionados: la rigurosa limpieza y desinfección de las manos y de los implementos que se utilizarán en la curación.
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