El momento por el que atraviesa la salud pública se encuentra en uno de sus puntos más bajos. Aunque no es una novedad, ahora resulta más evidente la crisis que afecta tanto a pacientes como a los profesionales de la salud. A pesar de que se trata de un problema nacional, en 24 estados es donde se aprecia con mayor intensidad esta situación.
Con base en una nota publicada en el periódico Milenio, la crisis se ha agudizado en Tamaulipas, Hidalgo, Estado de México, Guanajuato, Jalisco, Coahuila, Nuevo León, Puebla, Ciudad de México, Durango, San Luis Potosí, Yucatán, Quintana Roo, Veracruz, Baja California Sur, Tabasco, Querétaro, Chihuahua, Nayarit, Guerrero, Oaxaca, Baja California, Colima y Sonora.
En ese sentido, son varias las denuncias presentadas por derechohabientes acerca de un aumento de tiempo para poder recibir atención. Si antes era tardado, ahora resulta peor, además de que las unidades cada vez lucen más abarrotadas y los médicos no se dan abasto.
Creciente desabasto de medicamentos
De acuerdo con Patricia Herrera, delegada del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) en Durango, la falta de medicinas es otro problema. Asegura que en la entidad el abastecimiento de medicamentos ha pasado del 97 al 80 por ciento.
Por otra parte, en Yucatán las políticas de austeridad han impactado de otra forma. Por instrucción federal se ordenó la cancelación de aire acondicionado en varias unidades de salud. A pesar de ser una medida de ahorro, ha provocado la incomodidad de médicos y derechohabientes por el fuerte calor que caracteriza a la entidad.
A su vez, también se debe considerar la reducción en el monto de becas que sufrirán los pasantes de Medicina y Enfermería a partir de agosto. Lo que es una realidad es que resultan bastante peligrosas las acciones que ha tomado el gobierno actual. Aunque se logren fuertes ahorros, el futuro de la salud pública está en riesgo.