Un estudio realizado por la Universidad de West Virginia, Estados Unidos, señala que las personas que perciben más la discriminación tienen un riesgo mayor de padecer problemas de salud.
De acuerdo con la autora principal de la investigación, Cherry Owens, “la discriminación es un factor importante asociada con las medidas del sueño en adultos de mediana edad”. Los resultados publicados en la revista Psychosomatic Medicine: Journal of Biobehavioral Medicine, se suman a investigaciones previas que señalan que la discriminación y el estrés crónico son capaces de ocasionar dificultades para dormir y elevar los riesgos para la salud.
Para la realización del estudio, los científicos seleccionaron a 441 adultos de un estudio nacional de salud y bienestar, con una edad media de 47 años. Un tercio de estas personas eran de raza/etnia no blanca.
Los investigadores proporcionaron a los participantes un dispositivo de monitorización de las actividad durante una semana para recoger los datos sobre medidas objetivas del sueño, por ejemplo, la eficiencia del sueño, calculada como porcentaje del tiempo que se pasa en la cama en el que la persona duerme. También se analizó la frecuencia con la que tuvieron problemas de sueño.
Durante la evaluación, los especialistas preguntaron a los participantes con qué frecuencia fueron tratados con menos cortesía o respeto que otros, o con qué periodicidad fueron insultados o acusados. Así pues, las personas que sufrieron más discriminación tuvieron más con su calidad de sueño.
Los participantes que obtuvieron puntuaciones más altas de discriminación fueron asociados con un 9 por ciento más alto de probabilidades de mala calidad del sueño. También observamos que la discriminación estuvo asociada con el tiempo en que los participantes estuvieron despiertos y los problemas generales para dormir. Por lo tanto, la discriminación actúa como un factor de estrés capaz de alterar el sueño y elevar los riesgos para la salud.