La depresión en el personal sanitario como efecto colateral de la pandemia

La pandemia por Covid-19 es la peor catástrofe económica y sanitaria de los últimos tiempos, pero sus consecuencias sobre la salud mental aún están lejos de ser medidas. Y es que, el confinamiento obligatorio ha hecho mella en el bienestar emocional de la mayoría de la población mundial.

Sin embargo, existe un grupo especialmente vulnerable a los trastornos emocionales en medio de esta crisis. El personal sanitario que se encuentra en primera línea de defensa es, hoy por hoy, el más afectado por los efectos de la covid-19, dentro y fuera de los hospitales.

Los niveles de depresión y ansiedad entre los médicos, enfermeros y personal administrativo que trabaja en hospitales, se han disparado en el último año. Siendo las enfermeras las más afectadas, según una investigación llevada a cabo en China.

A principios de la pandemia, personal asistencial en todas partes del mundo, tuvo que soportar un fuerte rechazo por parte de sus comunidades; quienes por pánico al contagio, les solicitaron a muchos profesionales abstenerse de regresar a sus hogares.

Por fortuna, estos focos de segregación son cada vez más escasos, en la medida que se ha controlado y conocido la fisiopatología del virus. Pero la angustia de contagiarse y contagiar a sus familiares más cercanos, aún la viven miles de trabajadores de la salud, sobre todo en países que no cuentan con las medidas de bioseguridad adecuadas.

A esta situación se suma, la frustración y el duelo por aquellas vidas que no pueden salvarse, jornadas laborales extenuantes, altos niveles de estrés, el dilema bioético de quién merece ser atendido primero y la preocupación por aquellos colegas que han sido contagiados y que se debaten entre la vida y la muerte.

Además, el personal sanitario es plenamente consciente de que, pese a la aplicación de las vacunas, no se vislumbra una solución rápida del problema. Con tantos profesionales muriendo y con la generación de relevo confinada en casa, el trabajo se triplica en las salas de emergencia.

Para lidiar con esta difícil situación, algunas personas se refugian en el alcohol, tabaco o drogas, mientras que otras corren riesgos laborales innecesarios o se comportan irritables con colegas y familiares. En momento de angustia presentan insomnio, dolores de cabeza, problemas gastrointestinales e incluso taquicardia.

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¿Cómo evitar la depresión?

En este contexto, se hace indispensable el apoyo de su entorno más cercano, quienes deben estar atentos a estas señales. Así como profesionales de la salud mental que aporten herramientas de afrontamiento para sobrellevar los daños emocionales. Entre ellas:

Consumir alimentos saludables y agua que contribuyan a mantener un buen estado de salud.
Evitar las cantidades excesivas de alcohol y cafeína, además de no consumir tabaco ni drogas ilícitas.
Implementar las pausas activas durante las jornadas de guardia.
Tratar de establecer una rutina de sueño.
Hacer ejercicio regularmente.
Participar en simulaciones y ejercicios en los cuales se exponga al personal a situaciones estresantes, con el fin de afrontar y resolver situaciones hipotéticas.

Lo cual debe ir de la mano con una adecuada terapia psicológica, que le permita a la persona tratar de base otros problemas que pudieran predisponer o desencadenar episodios de ansiedad o distimia.