No es un secreto que actualmente Estados Unidos enfrenta una severa crisis provocado por el consumo desmedido de opioides, la cual provoca, en promedio, 116 muertes al día dentro del país, lo cual ha llevado a varios especialistas a considerar la situación como un problema de salud pública, con lo cual se espera que el gobierno destine una mayor atención y recursos para encontrar una pronta solución.
Al respecto, la Administración para el Control de Drogas (DEA) recién publicó el informe National Drug Threat Assessment 2018 acerca de la situación ocasionada por las drogas durante el gobierno de Donald Trump y dentro del documento se menciona que los médicos serían aliados de la crisis al facilitar los opioides y promover su uso de manera indiscriminada dentro de la población.
En ese sentido, en Estados Unidos el abuso de medicamentos controlados, en particular de los analgésicos opioides, ha sido la principal causa de muertes por sobredosis a nivel nacional desde 2001 y con base en información de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), los opioides equivalen a dos tercios de las 64 mil muertes por sobredosis que se registraron en 2016.
Debido a que ya son varios los casos documentados de médicos en la nación que se detecta que ofrecían o vendían recetas para que los pacientes pudieran comprar potentes opioides en las farmacias, la investigación afirma que la única diferencia entre un vendedor de drogas y un médico es que el segundo cuenta con un título universitario, lo cual ha provocado el enojo del gremio, aunque la realidad es que la problemática continuará hasta que se encuentre una verdadera solución.