A menos de 30 días para que se acabe el plazo de los diputados de crear una nueva Constitución Política para la Ciudad de México, la Asamblea Constituyente capitalina aprobó una reforma al Artículo 11, inciso A, para aprobar el derecho a la eutanasia o a tener una “muerte digna”.
El órgano responsable de aprobar la primera Constitución capitalina (convertida en entidad federal desde el año pasado) determinó por mayoría incluir la posibilidad de que una persona pueda decidir cuándo terminar con su vida.
Cabe destacar que desde 2008, en la CDMX se encuentra vigente la Ley de Voluntad Anticipada, a través de la cual un paciente en etapa terminal o su familia pueden manifestar en un documento su negativa a que el enfermo sea sometido a tratamientos médicos para extender su vida, cuando ello no sea posible de manera natural.
El artículo aprobado por los diputados menciona lo siguiente: “Toda persona tiene derecho a la autodeterminación y al libre desarrollo de una personalidad. Este derecho fundamental, el de la determinación y el libre desarrollo de una personalidad, deberá posibilitar que todas las personas puedan ejercer plenamente sus capacidades para vivir con dignidad. La vida digna contiene implícitamente el derecho a una muerte digna”.
La redacción fue realizada por el diputado del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Jesús Ortega.
La Ciudad de México fuer la primera capital de América en reconocer legalmente el matrimonio de personas del mismo sexo en 2009.
En tanto, la iglesia ya condenó la aprobación de la eutanasia en la capital mexicana y advirtió que se trata de una capital “asesina” y señaló que el texto en cuestión es un “bodrio”.
A través de un comunicado de prensa publicado en el Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME), la iglesia declaró que la aprobación de la eutanasia es un delito, pues la vida “es un don de Dios que sólo él puede quitar… No es posible que ninguna persona, institución o gobierno considere que tiene derecho a quitar la vida. Resulta inconcebible, y a todas luces inmoral, que el Constituyente haya convertido en derecho lo que en realidad es un delito”.
Mientras en la CDMX entra en rigor dicha medida de salud, esta es la opinión de la población canadiense sobre la muerte médica asistida o eutanasia: