Es probable que encontremos mucha literatura sobre los beneficios de realizar ejercicio y estar activos. Sobre todo, porque es indudable que esta práctica ayuda a mantener un peso estable, reduce el riesgo de desarrollar muchas enfermedades y muestra increíbles mejoras a nivel mental. Sin embargo, la actividad física saludable, no puede hacerse al azar y debe estar relacionada, con las necesidades y capacidades del individuo.
De hecho, encontramos que la Organización Mundial de la Salud, OMS, ha ido revaluando el concepto de salud, teniendo en cuenta que debe ser un estado de bienestar físico, mental y social, con ausencia de enfermedades e infecciones. Además, ha adherido la idea, de que esta condición se consigue estando en armonía con el medio ambiente.1
En, pero, los nutricionistas y deportológos, han agregado nuevas etiquetas al significado de la actividad física saludable, dando cabida a las necesidades culturales y alimentarias. Pero también a las condiciones de salud, los intereses y las emociones de cada individuo. De tal manera, que no solo importe la contracción esquelética para aumentar el gasto calórico, sino que también se valore la importancia de cuidar el cuerpo en forma integral sin convertirse en un sacrificio.
La actividad física saludable ofrece bienestar
Es así, como la actividad física saludable está enfocada en promover y cuidar la salud según las condiciones específicas de cada individuo. Para ello, recalca la necesidad de medir la frecuencia, duración e intensidad del movimiento. Ya que, por ejemplo, caminar en medio de la rutina diaria, es diferente al relacionarse en el espacio de recreación o actividad deportiva. No solo por la intensión, sino por las condiciones del terreno, la velocidad que se imprime y la respuesta orgánica.2
Asimismo, antes de programar una rutina de entrenamiento; en un centro de acondicionamiento físico o de manera autónoma; se necesita evaluar los riesgos. Por tanto, el médico de cabecera y el nutricionista, establecerán un plan de acción, que incluye no solo ciclos de movimientos repetitivos de fuerza y elasticidad, sino que también hará una propuesta alimentaria para mantener a raya síntomas como la presión arterial alta, aumento de azúcar en la sangre y niveles altos de colesterol.
Sobre todo, porque de acuerdo a la edad, las fisiopatologías y los gustos, es posible generar alternativas de actividad física saludable, cuidando el corazón, las articulaciones y mejorando el estado anímico. Es aquí, donde encontramos que, opciones como los hidro aeróbicos traen buenos resultados para organismo de manera generalizada y es una actividad muy agradable para la mayoría de las personas.2
La seguridad es lo primero
Entendemos, que no toda actividad física es saludable, ya que la intensidad en un entrenamiento no puede ser igual para alguien que presenta un buen estado físico, a alguien sedentario. Por tanto, se requiere tener en cuenta tanto las condiciones de salud, las metas que se están buscando, las capacidades, el equipamiento y el ambiente en el cual se moviliza el individuo.3
De ahí, que la individualización, la progresión y la continuidad, deben ser una guía en la actividad física saludable. Sobre todo, porque realizar un programa de entrenamiento de manera esporádica, llega a ser inútil para bajar de peso y mejorar las condiciones de salud. Pero, exigirle al cuerpo mayor intensidad, lleva también a generar daños musculoesqueléticos y enfermedades graves.
Referencias:
1.Organización Mundial de la Salud. Directrices de la OMS sobre actividad física y hábitos sedentarios. OMS. [internet] 20202[ consultado 9 sep. 2021]. Disponible en: https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/337004/9789240014817-spa.pdf.
2.Ramírez Hoffmann, Henry, Acondicionamiento físico y estilos de vida saludable. Colomb. Médic. [Internet]. 2002 [consultado 9 sep. 2021];33(1):3-5. Recuperado de: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=28333101.
3.Jon Mikel Picabea, Jon Ander Redondo, Aritz Urdampilleta. La prescripción de la actividad físico-deportiva según la edad. EFDeportes.com, Revista Digital. [internet] 2012 [consultado 9 sep. 2021] Año 16, N.º 165, Disponible e: