En Saludiario ya hemos hablado de distintas adicciones, desde adicción al ejercicio, la comida, los smartphones y al trabajo hasta las más graves como la de los opiáceos.
Hace poco se dio a conocer que a partir de junio la Organización Mundial de la Salud tratará el trastorno por videojuegos como una enfermedad mental, al incluirlo en la nueva versión de la Clasificación Internacional de Enfermedades.
Un problema similar pero del cual poco se habla es el de la adicción a los juegos en línea, el cual según la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ) supera al de la cocaína entre los jóvenes europeos. Tan sólo en el pasado mes de diciembre los usuarios invirtieron mil millones de euros en links de descarga.
Este problema es más habitual en adolescentes y jóvenes pero no es exclusivo de esta franja de edad. Usualmente se empieza a jugar como una vía de escape y entretenimiento pero algunos terminan necesitando jugar para no sentir malestar o nervios y con el tiempo se muestran incapaces de reducir el tiempo de juego o de mantenerse sin jugar. Lamentablemente la diferencia entre ésta y otras adicciones es que las consecuencias que causa el juego online todavía resultan invisible para la mayor parte de la sociedad.
Es un problema que la gente no cuenta pero es muy grave, los jóvenes necesitan tratamiento, no saben distinguir cuando hacerlo y cuando parar. El problema es que la tecnología ha empeorado esta situación porque antes para apostar dinero se debía acudir a un casino, hoy en día pueden hacerlo desde su salón de clases sólo con abrir una aplicación. Muchos empiezan apostando una cantidad pequeña y van subiendo. Esto puede ocasionarles un grado de estrés inimaginable que puede provocar grandes consecuencias en la salud, asegura Victoriano Dolado, presidente de la Asociación de Prevención y Ayuda a la Ludopatía.
Lamentablemente la DGOJ afirma que sólo un 3 por ciento de los jugadores se define como ‘adictos’, de los cuales el perfil más habitual está entre los hombres de entre 18 y 25 años con carrera universitaria y un alto nivel de estudios.
La afición por el juego online no sólo está creciendo a niveles alarmantes en España, sino que el resto de Europa también está viviendo una situación similar. Según el informe Espad 2017, más de un 14% de los jóvenes del Viejo Continente reconoce haberse gastado grandes cantidades de dinero en internet en los últimos 12 meses, un porcentaje cercano a los que reconocieron haber consumido cannabis y superior a los que admitían haber usado sustancias sedantes o inhalantes.
Sin embargo jugar muchas horas no necesariamente significa una adicción. La diferencia entre la simple afición, más o menos intensa, y un aunténtico nivel de adicción, se establece cuando el juego online es causante de un verdadero deterioro en la vida del afectado, llegando al punto de sacrificar sus relaciones personales o desatender en extremo sus responsabilidades por dedicar un nivel insano de sus energías a esta actividad
Aquí te dejamos algunos síntomas que pueden definir si un paciente tuyo es adicto a los videojuegos en línea o no.
Prominencia: Cuando el juego online se impone a los demás aspectos en la vida de la persona.
Cambios de humor : fuertes sentimientos experimentados durante las sesiones de juego.
Tolerancia: la cantidad de tiempo requerida por el jugador para experimentar una estimulación suficiente.
Síntomas de apartamiento: malestar e incomodidad que puede llegar a dar signos físicos cuando se está un tiempo sin jugar. Conflicto: Con quienes rodean al jugador en otras actividades de su vida o con él mismo a causa del juego.