Autoridades del Gobierno de la Gran Bretaña a través de la dirección general del Departamento de Salud (DH) en Inglaterra y en coordinación con los elementos de la policía nacional dieron a conocer que el pasado 16 de abril una joven de aproximadamente 28 años de edad sufrió un accidente cerebrovascular (ACV) como parte de los efectos secundarios del consumo de un fármaco especializado.
En esta línea discursiva, derivado del peritaje registrado por los elementos de la policía, Natalie Trickett colapsó en la sala de su casa, luego de perder la sensibilidad en el lado derecho de su rostro. Razón por la cual, incluso dejó de ver.
La asistencia médica fue determinante, ya que luego de una evaluación sistemática de la situación del paciente, que antes del episodio era una mujer sana, el personal médico llegó a la conclusión de que su ataque estaba directamente relacionado con las píldoras anticonceptivas.
Al respecto, los especialistas destacaron que lo sucedido es uno de los supuestos que se pueden presentar en la salud del paciente, que corresponden a casos excepcionales.
Los ataques son un riesgo potencial de la píldora, ya que aumentan la aparición de coágulos. De hecho está en la lista de probables efectos secundarios que viene en la caja.
En esa tesitura, la Agencia para la Regulación de Productos Sanitarios y Medicamentos (MHRG) del Gobierno de la Gran Bretaña salió en defensa del medicamento, ya que cumple con la normatividad aplicable en el cuidado de la salud. Por lo que señaló que parte de lo ocurrido se refiere a la materialización de un caso aislado.
En ese contexto, el Reino Unido ocupa la quinta posición con el mayor número de muertes a causa de enfermedades cerebrovasculares en todos los países que componen la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), sólo por detrás de Estados Unidos, Alemania, Japón y Francia.
Por todo lo anterior, es necesario informar a los pacientes sobre los efectos que en determinados casos se pueden presentar de acuerdo con el tratamiento que se lleve a cabo. Esta condición es fundamental, para orientar al paciente con un grado más elevado de información.
Imagen: Bigstock