Recientemente se dio a conocer en redes la historia de Antonio Santos Velasco, un joven con diabetes que creó su propio páncreas artificial basándose en ensayos clínicos.
La desesperación y preocupación por estar ‘bien controlado’ para evitar hipoglucemia o un bajón de azúcar, llevó al español a intentar construir un dispositivo que lo ayudará a leer sus datos sobre glucosa y regular la liberación de insulina que necesita el organismo de forma automática gracias a un algoritmo.
Aunque Antonio ya tenia una bomba de insulina y un sensor colocado en el brazo, decidió crear un aparato que pudiera conectar los dos, basándose en el sistema Open Artificial Pancreas System Project (OpenAPS).
Afortunadamente yo le sé a la informática, pero alguien que no sepa no puede hacerlo, pues entre las cosas que debe hacer es instalar Linux en la placa, configurar el wifi, el bluetooth, instalar el servidor web y establecer un sin fin de conexiones, señaló el informático de 33 años.
Tras soldar los componentes y cubrirlos con una carcasa fabricada en una impresora 3D, ahora lo lleva a todas partes y se ha convertido en parte esencial de su día a día.
Mi siguiente objetivo es agregar un servicio de notificaciones para que el sistema me avise a mi o algún familiar en caso de que mis niveles se descrontrolen. Si funciona, en un futuro veré patentarlo.
Aunque parece haberle funcionado muy bien a Antonio, los expertos no parecen muy contentos por el invento, ya que aseguran que es un riesgo muy alto confiar en el.
Existe una fuerte regulación para el desarrollo de un sistema de estas características, dado que se está administrando insulina de forma automática, incluso para nosotros cuando hacemos investigación. Como científico no puedo recomendar que alguien se baje un sistema así de internet, su uso es muy personalizado y basado en prueba y error, pero entiendo que el tiene otro punto de vista porque mejora su control de la enfermedad.
De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud, el número de personas con diabetes alrededor del mundo ha aumentado de 108 millones en 1980 a 422 millones en 2017. De misma forma en dicho lapso de tiempo su prevalencia en adultos ha aumentado del 4.7 por ciento al 8.5.
En México el Instituto Mexicanos del Seguro Social (IMSS) dio a conocer que el año pasado se registraron más de 27 mil casos nuevos y que 70 por ciento de las personas amputadas fue a causa de este padecimiento.
Tomando estas alarmantes cifras como base, hace poco la organización El Poder del Consumidor, denunció que las estrategias contra la diabetes, el sobrepeso y la obesidad han fracasado a causa de las interferencias de las grandes empresas que comercializan alimentos ultraprocesados.
Los intereses de la industria alimentaria han bloqueado la aplicación de las regulaciones, todo ha resultado una simulación en el combate a estas enfermedades, afirmó Alejandro Calvillo presidente de la ONG.