De acuerdo con el Centro Médico Nacional Siglo XXI, la mortalidad por infarto era en 2016 de 90 mil fallecimientos anuales. La cifra es prácticamente tres veces más alta que 14 años antes, cuando sumaban 29 mil casos. Esto se debe a que los pacientes humanos, tras sufrir un ataque, sufren de daño permanente al corazón. Pero un pez mexicano podría tener una solución definitiva.
El pez tetra mexicano tiene la habilidad de regenerar el tejido de su propio corazón. Esta característica está siendo estudiada por expertos de la Universidad de Oxford. Los primeros resultados de sus descubrimientos fueron publicados en la revista Cell. Mathilda Mommersteeg, autora líder del estudio, señala que hasta tres áreas del genoma podrían ser responsables.
Pez tetra, ¿una alternativa para reducir los trasplantes?
Los investigadores esperan que sus resultados sirvan para desarrollar terapias de regeneración cardiaca en humanos. Para el estudio, se analizaron dos variantes del pez. Una de ellas, capaz de curar su corazón, suele vivir en ríos al aire libre. La otra, que no presenta esta característica, usualmente habita en cuevas y cavernas. Ambas habitan en el norte del país.
Al comparar a las dos variantes del pez, los investigadores se interesaron en un gen. Observaron que el Irrc10 tenía una intensa actividad en la subespecie de río después de una lesión cardiaca. Así, fue desactivado en peces cebra, también capaces de regenerar su corazón. Tras la modificación genética, los especímenes fueron incapaces de curarse con la misma efectividad.
Los investigadores afirman que el pez tetra y los humanos comparten el gen Irrc 10. De hecho, se ha ligado con la incidencia de miocardiopatia dilatada. Mommersteeg espera que estos descubrimientos abran paso a nuevas terapias. En particular, señaló que con el uso de CRISPR-Cas9 se podría realizar la modificación genética necesaria para la regeneración cardiaca.
A futuro, el equipo de investigación examinará más a detalle los mecanismos genéticos del pez. En particular, se pretende descubrir si otros genes influyen en este sistema de regeneración. Los investigadores insisten que se necesitan nuevos tratamientos para pacientes que han sufrido un infarto al miocardio. Señalan que sus descubrimientos podrían ser este avance que se requiere.