En los últimos años han ocurrido grandes avances en genómica lo cual ha permitido identificar una gran cantidad de genes relacionados al cáncer de mama.
Estas extraordinarias innovaciones han permitido el desarrollo de terapias dirigidas para algunos tipos de tumores de mama. Pero ahora, un grupo de investigadores españoles de la Unidad de Oncología Molecular del CIEMAT dieron a conocer una propuesta diferente: la inducción del desarrollo de tumores de manera controlada para identificar todos los genes mutados en tumores basales o triple negativo.
Los científicos españoles mencionaron que para este propósito utilizaron transposones, elementos genéticos móviles con capacidad genética. Los resultados de este experimento fueron publicados en la revista Cancer Research.
La Universidad de Iowa prestó su ayuda a los investigadores españoles y en conjunto, desarrollaron un modelo de ratón en el cual introdujeron un transposón genéticamente modificado de manera que “salte” dentro del genoma de ciertas células epiteliales del organismo e inactivo los genes donde cae.
Estos roedores desarrollaron tumores de mama. El análisis por secuenciación masiva de los tumores determinó que una gran mayoría de ellos sufría inserciones del transposón en el gen Rasa1.
De acuerdo con el estudio, estos datos fueron comprobados en humanos empleando una triple aproximación. Por un lado, se compararon con la gran cantidad de información generados por análisis genómico de tumores en humanos. De igual forma, se determinó su importancia realizando biopsias de pacientes con cáncer de mama. Al final del estudio, los investigadores comprobaron en cultivos celulares que las correspondientes alteraciones genéticas pueden elevar la malignidad.
La importancia de este estudio se halla en que los tumores humanos con alteraciones en el gen Rasa1 son los de tipo basal o triple negativo y que no disponen de tratamiento específico. Gracias a este hallazgo podremos pensar en cómo aparecen esta clase de tumores y posteriormente, crear una terapia específica.