Uno de los cánceres más agresivos y peligrosos son los glioblastomas. Estos tumores por lo general necesitan tanto cirugía como radio y quimioterapia. Incluso con los fármacos más potentes, la supervivencia media no supera los 14 meses. La inmunoterapia, a pesar de su poder frente a otras neoplasias, tiene una tasa de éxito de menos de 1 en cada 10 casos.
Nuevos hallazgos del Centro Médico Irving de la Universidad de Colombia mejorarán su efectividad. O al menos darle a los especialistas las herramientas para predecir en qué casos la inmunoterapia puede eliminar un glioblastoma. La investigación fue publicada en la revista Nature Medicine y, de acuerdo con el coautor líder Fabio Iwamoto, la clave está en los genes.
Resistencia genética a la inmunoterapia
Iwamoto afirma que su equipo analizó el caso de 66 pacientes con glioblastoma. Todos fueron sometidos a un tratamiento de inhibidores del PD-1. En otros casos de cáncer, esta inmunoterapia impide que los tumores manipulen una proteína para deshabilitar al sistema inmune. Pero en esta neoplasia hallaron otras mutaciones que definen el éxito del fármaco contra la enfermedad.
En pacientes con baja respuesta a la inmunoterapia, encontraron mutaciones en el gen PTEN. La anomalía obliga a los macrófagos a cooperar con el tumor para su supervivencia y expansión. Además, provoca que las células cancerígenas estén en una formación más cerrada. Este fenómeno, de acuerdo con Iwamoto, dificulta al sistema inmune penetrar en el tumor y destruir su microecosistema.
Las mutaciones que observamos ocurrieron antes que los pacientes recibieran inhibidores de PD-1. Hacer pruebas para identificar estos marcadores es una alternativa. Una que nos permita ver qué pacientes tienen mayor probabilidad de responder a la inmunoterapia.
Iwamoto señaló que también hallaron mutaciones en el gen MAPK. Éste es un causante de la metástasis. Por eso, propone mezclar la inmunoterapia PD-1 con inhibidores de este factor. Señala que su efectividad debe confirmarse en un entorno clínico. Sin embargo, cree que es una buena alternativa en pacientes con glioblastoma.