En la actualidad la Secretaría de Salud (SSa) estima que cada año se registra el nacimiento de 200 mil niños prematuros en nuestro país, quienes presentan un riesgo de mortalidad hasta 5 veces mayor durante su primer año de vida en comparación con el resto de recién nacidos.
En ese sentido, el 40 por ciento de los nacimientos prematuros en nuestro país son espontáneos, por lo cual actualmente se trabaja en un proyecto que permita predecir cuando se presentará un caso de este tipo y así los médicos a cargo puedan contar con más herramientas para determinar de mejor manera cómo actuar y salvar más vidas.
En este caso, el Dr. Iván Miguel Rosado-Méndez, investigador del Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), participa en un proyecto junto a colegas de Estados Unidos en el que utilizan la espectroscopia por retrodispersión ultrasónica para detectar los cambios que ocurren en el cuello uterino y así poder detectar cuando ocurrirá un parto prematuro espontáneo.
La diferencia es que la técnica que utilizamos nos permite aprovechar las señales de ultrasonido producidas por dichos equipos para obtener información de la estructura del tejido a niveles microscópicos, así como de sus propiedades mecánicas.
De esta manera, el especialista afirma que se ha demostrado que los cambios del cérvix comienzan en la parte interna cercana al útero, a la que el médico gineco-obstetra no tiene acceso para evaluarla por palpación.
Por último, esta investigación adquiere relevancia si se considera que los partos prematuros ocupan el primer lugar mundial en mortalidad infantil, situación que se busca combatir para reducir las estadísticas.