A pesar de la creencia popular de que la diabetes gestacional sólo perjudica a la madre, en realidad también trae efectos y daños a largo plazo para el recién nacido, pues lo predispone para que en su etapa adulta desarrolle diabetes tipo 2, además de hacerlo propenso a la obesidad e hipertensión.
Lo anterior fue demostrado a través de una investigación de Teresa Tusié Luna, integrante de la Unidad Periférica del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBM) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien gracias a tu trabajo recibió el Premio a la Investigación de Defectos al Nacimiento del Grupo de Estudios al Nacimiento (GEN).
Por su parte, la investigadora declaró que su trabajo se suma al de otros especialistas que han demostrado que existen diversas enfermedades metabólicas que tienen un origen genético.
Hasta hace poco tiempo se pensaba que los desórdenes genéticos eran algo raro, que ocurrían con prevalencias muy bajas; sin embargo, ahora con mi investigación yo ratifico que muchas enfermedades metabólicas tienen un origen genético, incluso desde antes del nacimiento.
De igual forma, la experta mexicana comentó que se debe tener mucho cuidado con la diabetes gestacional porque sus efectos suelen verse reflejados hasta años o décadas después.
En la diabetes gestacional hay una alteración en la utilización de glucosa que se reconoce y se diagnostica por primera vez durante el embarazo. Generalmente es reversible, es decir, una vez resuelto el embarazo la mujer retorna a sus niveles de normoglicemia; sin embargo, años o décadas después de ese evento primario tienen un alto riesgo de padecer diabetes tipo 2.