La diabetes y la hipertensión arterial son dos de las principales enfermedades causantes de la insuficiencia renal crónica.
De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 9 millones de personas en México padecen algún tipo de enfermedad relacionada con los riñones. Sin embargo, el alto costo del tratamiento, la cobertura de seguros y la insuficiente y deficiente atención de los profesionales de la salud, impiden atender con eficacia una de las enfermedades que se colocan en nuestro país entre las principales causas de muerte con 12 mil 700 decesos al año.
En tanto, el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) menciona que esta enfermedad es la tercera que quita más años de vida saludable.
Enfermedades renales son presa de la desigualdad
Bajo este contexto, el investigador Francisco Javier Mercado Martínez, de la Universidad de Guadalajara (UdeG) explicó que después de haber realizado un estudio de 10 años, llegó a la conclusión de que las enfermedades renales no reciben una atención deficiente ni personalizada.
“Es necesario que los médicos se capaciten más para mejorar el trato en las personas que padecen esta clase de enfermedades. Es importante mejorar la calidad de la atención; hay muchas cosas que se podrían mejorar”, declaró el especialista ante la Agencia del Conacyt.
“Muchos pacientes han evidenciado la falta de recursos en las instituciones de salud en donde son atendidos, por lo que se ven obligados a conseguir esos recursos a través de vías alternas para no quedarse sin tratamiento. Sólo hay que recordar que las familias que no tienen acceso al seguro social y que deben comprar medicamentos inmunosupresores, pueden llegar a gastar hasta 10 mil pesos mensuales, situación que representa una verdadera catástrofe. Es urgente hacer una constitución en la cual se mencione que todas las personas deben tener derecho a una atención gratuita y digna”, comentó Mercado Martínez.
Cabe señalar que en febrero de este año, la Camara de Diputados pidió a la Secretaría de Salud incluir el tratamiento de las enfermedades renales en el Catálogo Universal de Servicios de Salud del Seguro Popular debido a que más de 8 millones de pacientes que tienen esta enfermedad necesitan tratamientos de diálisis.
“Lo malo es que mientras los derechohabientes del IMSS, ISSSTE, Pemex y de la Sedena tienen una cobertura total de esta enfermedad, los que pertenecen al Seguro Popular están excluidos de la terapia de reemplazo renal”, comentó.
El investigador de la U de G mencionó que en países como Brasil y Uruguay sí existe un sistema universal de salud que cubre a la perfección las necesidades de estos pacientes.
“La gente de esos lugares no tiene que pagar por el tratamiento ni por el trasplante. Allá la gente, por más pobre que sea, tiene acceso a la atención médica, pero en México no, aquí los costos son demasiado caros. El sistema universal de salud que se pretende implementar aquí no alcanzaría a cubrir las necesidades de los enfermos renales porque además de los problemas económicos, carecemos de una atención individualizada y de respeto”, declaró el especialista.