En el tratamiento que reciben las personas que han recibido un trasplante de órganos, están los medicamentos para suprimir el sistema inmunitario con el fin de que el órgano trasplantado no sea rechazado por el cuerpo. Los fármacos de “inmunosupresión” disminuyen la capacidad del sistema inmunitario para destruir células cancerosas o que sea menos efectivo al momento de combatir infecciones causantes de cáncer.  Lo mismo, hacen las enfermedades que debilitan el sistema inmunitario.

Los fármacos que toman los pacientes que han recibido un trasplante, para prevenir rechazos, conllevan un alto riesgo de desarrollar cáncer. No todos, pero sí algunos cánceres son causados por gérmenes infecciosos, entre los cánceres que ocurren con más frecuencia entre las personas que han recibido un trasplante están el cáncer de pulmón, de riñón, de hígado y el linfoma no Hodgkin (LNH), este último puede ser causado por el virus Epstein-Barr.[1]

Lo mismo puede ocurrir en las personas que sufren de VIH o sida, debido a que están expuestos a gérmenes infecciosos que están asociados a cánceres, aunque por su condición, tienen riesgos mayores que los exponen a padecer incluso de cánceres que no son causados por gérmenes infecciosos.

Entre las funciones del sistema inmune del ser humano, está la de combatir las infecciones y controlar a la mayoría de los microorganismos infecciosos. Cuando el sistema inmune deja de cumplir con sus funciones, el diagnóstico es que la persona está inmunocomprometida, inmunosuprimida o inmunodeprimida; las personas con el sistema inmunológico comprometido no tienen síntomas especiales.

La inmunodepresión puede además ser congénita o primaria. Y es aquella con la que el paciente nace, y, aunque es poco frecuente, se suele diagnosticar durante la infancia, pues adquieren infecciones bacterianas con mucha facilidad.

La inmunosupresión adquirida es la más frecuente, y se puede deber a diferentes causas: el tratamiento con inmunosupresores, como en el caso de las personas trasplantadas, los tratamientos biológicos, padecer enfermedades que alteran la función inmunológica como lo son las enfermedades reumatológicas y la malnutrición, entre otros.

La inmunosupresión conlleva a que la persona adquiera infecciones que dependen del tipo de inmunodepresión y el grado de inmunosupresión. El desarrollo de tumores es otro riesgo que pueden enfrentar, así como enfermedades del sistema inmune.

La adquisición de infecciones puede prevenirse con la vacunación, tomando medidas de higiene general y cuidando de algunas indicaciones específicas, aunque todo depende del tipo de inmunodepresión, las recomendaciones a seguir son de cuidado extremo para no correr el riesgo de adquirir bacterias.

Cuando la inmunodepresión es producida por el consumo de medicamentos, suele desaparecer cuando se suspende el medicamento.

[1] Inmunosupresión publicada por el Instituto Nacional del Cáncer

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