Desde el inicio de la actual emergencia sanitaria se ha manejado que cuando una persona se infecta de Covid-19 y logra recuperarse, obtiene una inmunidad que puede prolongarse durante un tiempo indefinido. Algunos estudios han dicho que la protección natural del cuerpo podría durar tres meses y otros más esperanzadores afirman que sería toda la vida. En su momento, se llegó a manejar que era mejor enfermarse, aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha sido clara al afirmar que eso no es verdad.
A su vez, también se ha señalado que otras infecciones ofrecerían protección contra el virus SARS-CoV-2. Todo surgió a partir de una investigación de la Universidad de Duke que afirma que el dengue habría protegido a los habitantes de una comunidad en Brasil. Aunque a pesar de la hipótesis no ha sido posible verificarlo por completo.
Aunque a pesar de todo lo anterior, la supuesta inmunidad en pacientes recuperados de Covid-19 podría ser un mito. La protección inclusive podría no ser real o al menos tener una duración mínima de escasas semanas. Como muestra, cada vez son más recurrentes los casos de reinfección alrededor del mundo. Hasta el momento se ha notificado la existencia de 25, de los cuales ya se presentó el primer deceso.
Infección no evita futuros contagios en supervivientes
Por otra parte, también se había manejado que en caso de reinfección, la segunda era menor a la primera y sin complicaciones mayores. Pero ahora, según reporta la BBC, eso también se ha desmentido a partir de lo ocurrido con un paciente en Estados Unidos.
En ese sentido, el afectado es un varón de 25 años de edad de Nevada, por lo que en apariencia no pertenece a los grupos de riesgo. Con base en lo notificado por las autoridades, el 25 de marzo empezó con los síntomas por primera vez, siendo los principales dolor de garganta, tos, dolor de cabeza, náuseas y diarrea.
Después de someterse a una prueba de detección se confirmó que tenía Covid-19, aunque fue tratado mediante medicamentos y después de unas semanas se logró su recuperación total.
El inconveniente es que un par de meses después volvió a presentar síntomas pero ahora más graves. En esta ocasión presentó fiebre alta, dolor de cabeza, mareos, tos, náuseas y diarrea además de hipoxia, por lo que tuvo que ser hospitalizado.
Por su parte, el expediente del caso menciona que al comparar los códigos genéticos del virus en cada una de las infecciones mostró que eran demasiado diferentes para ser causados por una misma cepa. Por lo tanto podría no ser necesariamente una reinfección sino una infección crónica.
A su vez, lo que causa más preocupación en este caso en particular es que el segundo contagio provocó más afectaciones que el primero. Inclusive se sospecha que podrían presentarse más situaciones similares a futuro si las personas recuperadas mantienen la idea de que son inmunes. Por eso, sin importar las circunstancia, siempre se deben de mantener las medidas preventivas y de higiene inclusive en quienes se han infectado y después recuperado.