En términos generales, el virus del zika tiene relativamente pocas afectaciones para la persona infectada. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la gran mayoría de los pacientes son asintomáticos y, cuando se presentan efectos, se experimentan fiebres, dolores musculares y otras molestias menores por hasta siete días. Sin embargo, la gravedad de sus efectos son para las mujeres embarazadas, pues sus productos corren el riesgo de presentar malformaciones y otros defectos congénitos.
Un estudio en la revista Nature Communications afirma que la inmunidad al dengue podría ayudar a las mujeres embarazadas a prevenir las afectaciones de zika en sus bebés. El descubrimiento fue realizado por el Instituto La Jolla para Alergia e Inmunología (LJI) y teoriza que este resultado se debe a la cercanía de ambos virus en su código genético.
Al respecto, José Ángel Regla Nava, miembro del equipo de investigación, afirmó que se infectaron a ratones hembras con dengue y, una vez desarrollada la inmunidad, les provocaron un embarazo. A los siete días de gestación (equivalentes al primer trimestre de un ser humano) se les inyectó con el virus del zika. Los bebés no parecían presentar ningún tipo de defecto congénito, mientras que las crías del grupo de control murieron en el nacimiento.
Aquí vemos que el virus del dengue genera una especie de protección en las ratonas embarazadas. Este hallazgo tiene importantes implicaciones en la comprensión de la historia natural del virus del zika, además que abre la posibilidad para crear vacunas contra la enfermedad.
También se examinaron muestras del sistema inmune de los ratones, tanto de los recién nacidos como del grupo de control y los afectados previamente con el dengue. Se encontró que los linfocitos T citotóxicos (células T CD8) desarrollaron una inmunidad contra el primer virus en el grupo de experimentación, lo que aparentemente también confirió protección contra el zika.