En términos generales, los abortos espontáneos ocurren entre 10 y 20 por ciento de los casos. Sin embargo, algunos estudios señalan que la fracción podría ser hasta cuatro de cada diez mujeres. Como se trata de un fenómeno multifactorial, hay elementos físicos y genéticos que definen su incidencia. Incluso, en algunas mujeres, el estado emocional puede ser determinante.
Esto dijo Carmen Lourdes Acosta Pérez a Notimex. La experta señaló que por esta razón, se necesitan programas de atención integral para las mujeres. Afirmó que con el cuidado multidisciplinario se pueden reducir las cifras de abortos espontáneos. Además, dijo, cuidar del aspecto emocional también puede mejorar la efectividad de otras terapias preventivas.
Acosta Pérez, maestra en Biología y Desarrollo Humano, señaló que no se puede negar la relación entre los abortos y la estabilidad emocional de las mujeres. Dijo que un traumatismo psíquico puede provocar una descarga de adrenalina. Este fenómeno puede provocarle un déficit de riego sanguíneo al útero. A su vez, esta carencia puede provocar la expulsión de feto espontáneamente.
Acosta Pérez comentó que también se ha demostrado que la estimulación psíquica puede provocar abortos. Independientemente si es consciente o inconsciente, este fenómeno provoca la liberación de oxitocina. Esta sustancia, a su vez, puede generar contracciones uterinas anticipadas para la expulsión del feto.
Prevención de abortos espontáneos, una prioridad
La experta insistió que deberían explorarse los efectos de la estabilidad emocional en los abortos. Señaló que muchas veces las causas psicológicas son, por sí solas, difíciles de diagnosticar. Apunta que, por ello, debería darse a las madres que planean tener un bebé una atención más completa. Llamó a los profesionales de la salud a también tomar en cuenta los factores mentales de sus pacientes.
Pérez comentó que, a pesar de la importancia de los factores mentales, no son la única causa de abortos. Recordó que las pacientes que deseen tener hijos deben vigilar otros padecimientos. Entre ellos, contó la obesidad, hipertensión, diabetes, rubeóla, anomalías uterinas, etcétera.