En años recientes el cáncer infantil ha mostrado un incremento en su incidencia en nuestro país, la cual de acuerdo con el Instituto Nacional de Cancerología (INCan) asciende a cerca de 5 mil nuevos pacientes con esta neoplasia cada año. De igual manera, gracias al avance de la tecnología y a las detecciones tempranas de la enfermedad, se ha logrado salvar a miles de infantes y precisamente para adaptarlos e incorporarlos a la sociedad es que el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) construyó la primera clínica para niños sobrevivientes al cáncer en México, la cual se ubica en la capital.
En este caso, la unidad de salud se encuentra dentro del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre y su objetivo principal es dar un seguimiento a los derechohabientes infantiles que después de haber recibido tratamientos con cirugía, quimioterapia o radioterapia y superaron el cáncer, les ayuda de manera física y mental para regresar a su vida cotidiana.
Al respecto, la Dra. Farina Arreguín González, jefa de servicio de Oncología Pediátrica del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre, habló sobre el duro proceso que representa el enfrentar el cáncer para un niño y especialmente el reintegrarse a la sociedad una vez que supera la enfermedad.
El gran problema de una enfermedad como el cáncer es que no sólo se trata de enfrentarla y superarla sino también de brindarle al paciente las herramientas para que se reintegre de una forma digna y responsable a su vida, lo cual puede tomar varios meses y por desgracia no existía ninguna unidad de salud pública en nuestro país enfocada en este aspecto y dirigida para la población infantil.
Por otra parte, de acuerdo con la Secretaría de Salud (SSa), la parte emocional desempeña un papel fundamental en enfermedades como el cáncer porque en caso de lograr reinsertar al paciente a la sociedad se corre el riesgo de que sufra de problemas mentales como depresión y eso podría generar consecuencias mortales.