El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de Jalisco ofrece una técnica no invasiva para tratar a pacientes con hiperplasia prostática benigna (HPB).
José Juan Galaviz Oropeza, médico radiólogo e intervencionista adscrito al Hospital de Especialidades del IMSS en esta entidad explicó que, de forma tradicional, se recurre a cirugía mayor para corregir el agrandamiento de la glándula, la cual implica usar dilatadores para abrir la uretra, o bien, introducir una varilla de metal para “rasurar” el tejido y lograr que el conducto se amplíe, no obstante, para diminuir las complicaciones propias de la intervención, como sangrado e incontinencia, se puede hacer tratamiento a través de los conductos arteriales en la región inguinal:
Se introduce un catéter de plástico y una guía para buscar las arterias que llevan la sangre a la próstata, a través de un medio de contraste que es un líquido que se inyecta desde afuera. El líquido nos dibuja la pelvis y nos dice cuál es el punto.
Una vez localizadas las arterias de la próstata:
Con una jeringa, utilizamos unos dispositivos muy modernos que son unas esferas que se sueltan por el catéter y van navegando con la ayuda de la sangre hasta que llegan a un punto donde no pueden pasar. Entonces hacen un émbolo, cierran el paso de la sangre y a las células de la próstata ya no les llega sangre y oxígeno y de esta manera los glóbulos prostáticos van a bajar de volumen y la uretra va a abrir su paso.
El especialista aseguró que éste es un tratamiento científicamente comprobado y aseguró que ayuda a disminuir el tamaño de la próstata y, en consecuencia, permite el paso de la orina por la uretra.
El médico recordó que es conveniente que los varones se realicen estudios a partir de la cuarta década de vida a fin de descartar problemas prostáticos.
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