Ante el grave problema causado por la obesidad en México, el trabajo de los nutriólogos del IMSS es de gran relevancia. Forman parte de un gremio que es de vital importancia dentro del campo de la salud. Su participación, junto a la del personal médico, es la base para lograr un buen estado físico y también emocional.
De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2022, el 75 por ciento de la población adulta en el país tiene exceso de masa corporal. No se trata de un problema estético sino que esta condición es un factor de riesgo para el desarrollo de múltiples enfermedades.
¿Cuántos nutriólogos tiene el IMSS?
Al ser la Institución de salud más grande del país también es la que reúne a la mayor cantidad de elementos de diversas áreas de la salud. De hecho, en la actualidad el IMSS tiene un total de 2,668 nutriólogos y nutriólogas repartidos de la siguiente manera.
- 553 – Dentro del Primer Nivel de Atención (Unidades de Medicina Familiar)
- 1,585 – Dentro del Segundo Nivel de Atención (Hospitales Generales y de Zona)
- 399 – Dentro del Tercer Nivel de Atención (Unidades Médicas de Alta Especialidad)
- 131 – Guarderías y otros centros laborales
¿A quiénes pueden atender los especialistas en nutrición?
Al respecto, la especialista Itzel Valtierra Martínez, nutrióloga adscrita a la División de Promoción a la Salud, resaltó que los conocimientos de estos especialistas se dirigen a personas de cualquier edad. No importa si son lactantes, preescolares, escolares, adolescentes, adultos, embarazadas y personas mayores, con o sin enfermedades.
Agregó que en las Unidades de Medicina Familiar (UMF) los nutriólogos otorgan consultas a los derechohabientes para conocer su estado de nutrición y, de acuerdo con sus necesidades, establecer un plan de alimentación individualizado.
De igual forma, estos especialistas imparten sesiones grupales de educación nutricional NutrIMSS para pacientes con enfermedades crónicas, embarazo y lactancia, así como alimentación saludable en infancia.
¿La obesidad es una enfermedad o un factor de riesgo?
La respuesta más corta es ambas. Durante mucho tiempo se catalogó a la obesidad como un factor de riesgo pero desde 1998 la Organización Mundial de la Salud (OMS) también la considera una enfermedad. Al mismo tiempo, las personas con exceso de masa corporal tienen un mayor riesgo a los siguientes problemas:
- Glucosa (azúcar) alta en la sangre o diabetes.
- Presión arterial alta (hipertensión).
- Nivel alto de colesterol y triglicéridos en la sangre (dislipidemia o alto nivel de grasas en la sangre).
- Ataques cardíacos debido a enfermedad cardíaca coronaria, insuficiencia cardíaca y accidente cerebrovascular.
- Problemas óseos y articulares. Más peso ejerce presión sobre los huesos y articulaciones. Esto puede llevar a osteoartritis, una enfermedad que causa rigidez y dolor articular.
- Apnea del sueño o pausas en la respiración durante el sueño. Esto puede causar fatiga o somnolencia diurna, poca atención y problemas en el trabajo.
- Cálculos biliares y problemas del hígado.
- Algunos tipos de cáncer.
Relación entre los nutriólogos y los médicos
Por su parte, un nutriólogo no sólo atiende a pacientes. Otra de sus funciones es la capacitación al personal de salud: médicos, enfermeras y asistentes médicas sobre la evaluación de estado de nutrición y alimentación saludable. También otorgan consejería en salas de espera y participan en estrategias de alimentación.
En muchas ocasiones el médico de primer contacto deriva al paciente al servicio de nutrición, donde el nutricionista dietista realiza la evaluación del estado nutricional y el plan de alimentación individualizado, de acuerdo con las necesidades de cada persona por medio del sistema de equivalentes, menús o control de porciones.
¿Qué es el Modelo de Plato Saludable?
Los especialistas en la materia utilizan una importante herramienta para la atención y mejoramiento en la salud de los derechohabientes: el Método del Plato Saludable, de 19 centímetros para preescolares y escolares, y 23 para adultos.
En ambos casos la mitad del plato debe contener verduras, crudas o cocidas, una cuarta parte alimentos de origen animal, de preferencia bajos en grasas (pescado, pollo o huevo). El resto debe contener cereales integrales o leguminosas, como arroz, sopa de pasta, bolillo, habas, frijoles o lentejas.
