Científicos de la Universidad de Harvard identificaron 15 regiones genéticas que afectan el desarrollo neurológico de las personas y que podrían conducir a una mayor comprensión de la biología de la depresión.
El trabajo publicado en Nature Genetics (“Identification of 15 genetic loci associated with risk of major depression in individuals of European descent”) se encargó de hacer las primeras asociaciones genéticas de personas europeas con este trastorno mental, pues aunque se sabía de un componente hereditario en la expresión del padecimiento, no se había tenido éxito al rastrear los genes asociados con el riesgo de padecerlo.
Para efectuar este trabajo se contó con la participación de 121 mil voluntarios que eran clientes de una empresa de genómica, quienes tenían diagnóstico previo o tratamiento clínico para depresión mayor, así como el apoyo de más de 338 mil personas sin antecedentes del padecimiento.
Roy Perlis, uno de los autores de este trabajo e investigador en el Hospital General de Massachusetts de la Universidad de Harvard, destacó que “encontrar estas regiones del genoma nos pone en la dirección de un mejor entendimiento de la biología de la depresión”, ya que al comprenderla “podemos empezar a desarrollar mejores tratamientos”.
Perlis, David Hinds, Ashley Winslow y sus colegas de la Escuela de Medicina de Harvard identificaron 15 regiones genómicas que mostraron asociación estadísticamente significativa con la depresión mayor.
En un análisis preliminar se observó que las 15 regiones se encuentran en los genes que se expresan en el sistema nervioso, así como en genes implicados en el desarrollo neurológico.
Además, observaron cierta superposición entre los sitios genéticos (loci) identificados para la depresión mayor y aquellos previamente señalados para trastornos psiquiátricos como la esquizofrenia.
Tales descubrimientos representan una gran noticia, toda vez que la depresión mayor es una de las enfermedades mentales más frecuentes en el mundo, con síntomas que incluyen bajo estado de ánimo, pérdida de interés o reducción de la energía. No obstante, al tratarse de un padecimiento silenciosa, puede escalar hasta producir ansiedad, alteraciones del sueño y del apetito, y baja autoestima.
Según datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión afecta a unos 350 millones de personas a nivel global y puede derivar en suicidio.
Una gráfica de Statista muestra que en 2014 en Estados Unidos, por ejemplo, 4.8 por ciento de los hombres y 8.2 por ciento de las mujeres entre los 18 y 50 años de edad reportaron haber sufrido al menos un episodio depresivo mayor en el año previo, pero quienes más presentaron este trastorno fueron los jóvenes entre de 18 a 25 años de edad, lo que habla de la urgencia por conocer la biología de este trastorno mental calificado por muchos como la “epidemia del siglo”, pues de ello depende el desarrollo de tratamientos efectivos.
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