La Iatrofobia se puede describir como el miedo de ir al médico, ver al personal de salud o acudir a las visitas médicas. Aunque también se suele usar para señalar el miedo relacionado a cualquier persona, objeto o símbolo vinculado a la salud.
Solo un profesional de la salud mental puede determinar la Iatrofobia
Debido a que estar nervioso antes de acudir a la clínica de salud es normal, suele ser difícil reconocer cuando un médico está frente a un caso de iatrofobia.
Solo un profesional de la salud mental puede determinarlo. Sin embargo, los expertos advierten que ciertos síntomas pueden indicar que no se trata de un caso de ansiedad o temor normal hacia el médico:
- Gran preocupación sobre la visita al médico al punto tal que dificulta o imposibilita hacer o concentrarse en otras cosas.
- Pérdida de control de las emociones (especialmente al encontrarse en el consultorio) que lleva a sudar, temblar, llorar o negarse a entrar.
- Posponer controles médicos, aplicación de vacunas u otros cuidados de rutina.
Otro aspecto que los expertos destacan es que, a diferencia de otras fobias, la iatrofobia, por su naturaleza, es la más difícil de tratar.
Síntomas relacionados a la Iatrofobia; miedo de ir al médico
Obsesivo Preocupado
La ansiedad normal suele ser transitoria. Es posible que el paciente sienta una ola de nerviosismo cuando piensa activamente en una próxima cita. Puede sentirse estresado de camino al consultorio del médico o mientras está sentado en la sala de espera. Sin embargo, no pasará mucho tiempo pensando en una próxima visita y podrá distraerse de la ansiedad si sus temores son normales.
Sin embargo, si el paciente tiene iatrofobia, una próxima visita al médico puede ser una fuente de preocupación interminable. Puede que le resulte difícil o imposible concentrarse en otras cosas. Una vez que haya llegado al consultorio del médico, es probable que experimente sentimientos de pánico y una sensación de estar fuera de control. Puede sudar, temblar o llorar, o incluso negarse a entrar en la sala de examen.
Otras fobias relacionadas con enfermedades
A muchas personas con iatrofobia les preocupa que puedan necesitar ver a un médico, incluso si actualmente no hay visitas programadas. Puede obsesionarse con dolencias menores, temiendo que requieran tratamiento médico. Es relativamente común que la iatrofobia ocurra junto con el trastorno de ansiedad por enfermedad (anteriormente conocido como hipocondría) o la nosofobia (miedo a la enfermedad). Las cuales son fobias a la enfermedad.
Posponer citas médicas
Aquellos que simplemente experimentan nerviosismo por las visitas al médico, por lo general no intentan evitarlas. Sin embargo, si el paciente tiene iatrofobia, es posible que deba posponer los chequeos, las vacunas y otros cuidados de rutina. Es posible que sufra incluso enfermedades relativamente graves por su cuenta, en lugar de buscar tratamiento profesional.
Dentofobia
Aunque cualquiera de las fobias puede ocurrir de forma independiente, la dentofobia, o miedo a los dentistas, a menudo ocurre junto con la iatrofobia. Es común que los dentistas despierten los mismos miedos que los médicos de todo tipo.
Hipertensión de bata blanca
Aunque controvertido, el fenómeno de la hipertensión de bata blanca ha sido documentado por numerosos investigadores. Esto ocurre cuando el estrés de ver a un médico es suficiente para elevar la presión arterial a un nivel clínicamente significativo. la presión arterial es normal cuando se revisa en casa o en otro lugar, como una feria de salud, pero es alta en el consultorio del médico.
¿Cómo tratar la iatrofobia y el miedo al médico?
Debido a que los médicos o visitas a los consultorios desencadenan los episodios de iatrofobia, los expertos recomiendan recurrir a diferentes opciones para poder tratar y evitar futuras complicaciones:
- Optar por servicios médico a través del teléfono o Internet, con el objetivo de limitar la exposición.
- Buscar médicos o proveedores de salud que ofrezcan servicios en entornos y de forma discreta.
También se aconseja recurrir a profesionales, como psicólogos o terapeutas, para que ayuden a comprender la fobia y encuentren las mejores estrategias para enfrentarla.
La evidencia científica muestra que recurrir a terapias, como la cognitivo-conductual, es muy efectivo para aprender a controlar las fobias.
En estos tratamientos se emplean técnicas de respiración, relajación, y exposición controlada al desencadenante de los miedos.
Otras opciones
Otra opción que ha cobrado gran relevancia en los últimos años es el mindfulness o conciencia plena, que consiste en estar atento en todo momento a los sentimientos, pensamientos, sensaciones corporales y el entorno.
Es una técnica muy utilizada como complemento de la psicoterapia, con el objetivo de reducir la ansiedad y el estrés.