En el campo de la medicina nada es eterno porque todo se transforma y actualiza. Con este fundamento, cada vez es más común hablar acerca de los hospitales del futuro. De hecho, más allá de su nombre se trata de espacios que forman parte del presente y cada vez son más comunes.
La prioridad máxima siempre es la atención a los pacientes. Para cumplir con el objetivo es necesaria una extensa formación por parte de los profesionales de la salud. Ahora la diferencia radica en el entorno hospitalario y las herramientas que están a disposición de los doctores.
¿Qué son los hospitales del futuro?
Los hospitales del futuro son espacios en donde el uso de la tecnología no es una opción sino una parte habitual de las actividades cotidianas. Se trata de ecosistemas inteligentes, conectados y centrados en el paciente.
Por su parte, este nuevo modelo se destaca por ofrecer una atención médica más personalizada, eficiente y de mayor calidad que los nosocomios convencionales. Otra diferencia radica en su enfoque basado en la prevención y el bienestar.
Monitoreo eléctrico constante en el entorno hospitalario
En el mundo de las infraestructuras críticas, pocas instalaciones dependen tanto de un suministro eléctrico constante como los hospitales. Desde quirófanos y unidades de terapia intensiva hasta laboratorios y sistemas de soporte vital, cada área dentro de un nosocomio requiere energía ininterrumpida para operar con precisión y seguridad.
En un entorno donde cada segundo cuenta, una falla en el suministro eléctrico representa un problema operativo y un riesgo directo para la vida de los pacientes, al mismo tiempo que merma la capacidad del personal médico para responder ante emergencias.
¿Por qué ocurren fallas eléctricas en los hospitales?
- Sobrecargas en el sistema.
- Interrupciones en la red de suministro.
- Fallas en equipos internos.
- Fenómenos naturales.
Cuando esto sucede, las consecuencias pueden ir desde daños en dispositivos médicos hasta la interrupción de procedimientos críticos. Es por ello que contar con sistemas de respaldo y estrategias de gestión energética eficientes no es un lujo, sino una necesidad para garantizar la seguridad y operatividad de estas instalaciones.
El desafío se agrava cuando factores externos intensifican la presión sobre el sistema eléctrico nacional. En México, el aumento en la demanda de energía ha llevado al Sistema Eléctrico Nacional a operar en condiciones de emergencia, con apagones en distintas regiones del país.
En este contexto, los hospitales enfrentan una vulnerabilidad creciente, ya que una falla en la red puede comprometer su capacidad de respuesta. La pregunta, entonces, no es sólo cómo evitar estos riesgos, sino cómo transformar la infraestructura hospitalaria para hacerla más resiliente y menos dependiente de un sistema que enfrenta desafíos cada vez mayores.
Además del suministro eléctrico, otro elemento crítico para la operación hospitalaria es la calidad del aire. Soluciones de monitoreo y control ambiental también son clave para garantizar una ventilación adecuada en espacios sensibles como quirófanos, ayudando a prevenir la contaminación cruzada de virus por vía aérea, reducir las concentraciones de monóxido de carbono en salas de espera e incrementar el confort de los pacientes durante su estancia.
Digitalización dentro del campo sanitario, otro elemento fundamental
La digitalización emerge como una solución clave para fortalecer la resiliencia de las infraestructuras hospitalarias. Al integrar tecnologías avanzadas de monitoreo y gestión energética, es posible anticipar y prevenir fallos eléctricos antes de que ocurran. Sistemas inteligentes permiten supervisar en tiempo real el consumo energético, identificar patrones anómalos y alertar sobre posibles riesgos, facilitando una respuesta proactiva.
Además, sistemas de emergencia aseguran el funcionamiento de equipos críticos durante fallos eléctricos, evitando interrupciones en la atención médica y protegiendo la infraestructura hospitalaria. En un entorno hospitalario, donde la continuidad del servicio es vital, estas herramientas digitales no solo optimizan el uso de la energía, sino que también garantizan un entorno seguro y confiable para pacientes y personal médico.
En este contexto, resulta esencial adoptar soluciones que integren la gestión eficiente de la energía con la capacidad de respuesta ante emergencias. La implementación de sistemas de alimentación ininterrumpida (UPS) y plataformas de monitoreo energético basadas en IoT permite a los hospitales mantener operaciones críticas incluso durante interrupciones del suministro eléctrico.
Estas tecnologías ofrecen datos valiosos para la toma de decisiones estratégicas, contribuyendo a la construcción de hospitales más resilientes y preparados para enfrentar los desafíos del futuro.