A algunas personas les resulta difícil lograr un embarazo o llevarlo a buen término. Generalmente se diagnostica infertilidad cuando no se logra el embarazo después de 1 año o más de intentarlo, o si se ha tenido varios abortos espontáneos.
Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en México hay aproximadamente 1.5 millones de parejas que presentan infertilidad, y menos de 50 por ciento de éstas acude a un especialista para buscar soluciones.
Aunque en la actualidad existen muchos tratamientos, lamentablemente la probabilidad que sea exitoso sólo es de un 50 por ciento, pues depende de muchos factores, desde la edad y los embarazos anteriores hasta los antecedentes. Las causas también pueden pueden variar, desde desarrollarlo por clamidia, falta de ovulación, trompas de falopio bloqueadas, óvulos de mala calidad, endometriosis y fibromas uterinos.
Recientemente un equipo de especialistas de tres países europeos (España, Estonia e Italia) liderado por el Dr. Jan Tesarik, descubrieron que el uso de hormonas de crecimiento en tratamientos de fertilidad no sólo mejora la calidad de los óvulos, sino que facilita la anidación del embrión, resolviendo una de las principales causas de fracaso en los tratamientos de fertilidad basados en la donación de óvulos.
Sabíamos que la hormona de crecimiento puede mejorar la calidad de los óvulos, y la pregunta por resolver era si también su uso podía afectar a la capacidad del útero para acoger embriones y facilitar su anidación, señala el director de este estudio y uno de los pioneros en el uso de la hormona de crecimiento en los tratamientos de fertilidad.
Los resultados del estudio confirmaron que la hormona de crecimiento puede mejorar directamente la receptividad uterina para la anidación de los embriones.
Este estudio ha sido de mucha importancia ya que nos ha permitido analizar el efecto de la hormona de crecimiento sobre la expresión génica en las células uterinas, sobre la actividad local de factores inmunológicos y sobre los flujos de sangre en esta región. Campos que son un gran desafío para la investigación futura y el desarrollo de nuevas técnicas de diagnóstico más precisas.
Por otra parte, un equipo de investigadores del Instituto Wake Forest de Medicina Regenerativa, en Carolina del Norte, Estados Unidos, descubrió que los ovarios modificados en ratas eran más efectivos que los medicamentos de terapia hormonal para mejorar la salud ósea y uterina. Los nuevos resultados en roedores sugieren la posibilidad de bioingenería artificial de ovarios para reemplazar el tratamiento sintético hormonal en mujeres de manera más segura y natural.
El tratamiento está diseñado para que las hormonas se liberen de acuerdo a las necesidades corporales, en lugar de que la paciente tenga que tomar una dosis específica del medicamento cada día, señaló el autor principal del trabajo, Emmanuel Opara.
Esto tras darse a conocer que los actuales medicamentos de reemplazo hormonal diseñados para compensar la pérdida de producción de hormonas sexuales femeninas no son recomendables para su uso a largo plazo, pues se asocian a un mayor riesgo de enfermedad cardíaca y cáncer de seno.