La figura del tutor o del médico a cargo de la formación de residentes en un centro hospitalario es fundamental para el perfecto aprendizaje de éstos, principalmente a la hora de transmitir los conocimientos médicos.
Por tal motivo, estos “profesores” merecen un reconocimiento aparte ante la compleja actividad que llevan a cabo. En este sentido, un reporte sobre los entornos de capacitación en las residencias realizado por el Consejo Médico General (GMC) en el Reino Unido, dio a conocer que los sistemas de enseñanza de los médicos tutores dependen en gran parte de la buena voluntad y los sacrificios que deben realizar al transmitir sus conocimientos a los estudiantes de las diferentes especialidades.
De esta forma, investigadores del GMC elaboraron una encuesta que fue respondida por más de 75 mil médicos. En ella, se dio a conocer que los tutores padecen grandes niveles de depresión y sobrecarga de trabajo al realizar una labor tan importante como lo es la formación de residentes. La mayoría de los médicos tutores consultados reconoció que debe adaptar sus costumbre y sus horarios de trabajo para poder ofrecer una buena formación a los residentes.
Los médicos que supervisan la labor de los residentes son la columna vertebral de la educación en medicina y las instituciones de salud de todo el mundo deberían valorar más su trabajo y darles todo el apoyo que necesitan, como recursos y el tiempo suficiente para cumplir con la encomienda de formar a los futuros médicos especialistas del mundo”, afirmó Charlie Massey, presidente del GMC.
No podemos permitirnos el lujo de abusar de la dedicación y la buena voluntad de la mayoría de los tutores de residencias. Los médicos que se encuentran en etapas formativas también deberían apreciar más el trabajo de sus tutores ya que la mayoría de éstos deben sacrificar horas de sueño y de vida personal para dar continuidad al sistema formativo.
En cuanto al estudio realizado por el GMC, más del 75 por ciento de los residentes respondió que su formación era “buena” o “muy buena”.