Para muchas personas los médicos son la principal referencia en lo que respecta a la calidad de los servicios de atención a la salud. ¿Quién podría ser mejor que un profesional de la industria para dictaminar cuáles son los mejores centros de cuidado? Sin embargo, un estudio indica que muchos médicos ni siquiera creen que sus propias instituciones cumplen con los estándares necesarios para cuidar de los pacientes.
En su 2018 Europe Front Line of Healthcare, la firma Bain & Company reveló que más de 1 en cada 3 médicos en el Viejo Continente no recomendarían sus centros de salud a su círculo cercano. La situación es particularmente grave en Alemania, donde el 35 por ciento de los profesionales en el sector no confían en la capacidad de sus centros de trabajo. Francia sigue esta tendencia de cerca (27 por ciento), con Reino Unido e Italia no muy detrás (20 por ciento).
Michael Kunst, co-director del área Healthcare en Bain & Company para Europa, Oriente Medio y África, afirma que la desesperanza de los médicos ha incrementado significativamente. Afirma que los profesionales de la salud notan que sus centros de trabajo utilizan tecnología cada vez más obsoleta para la atención de pacientes, lo que los deja desesperanzados ante los retos que traerá el futuro con el envejecimiento gradual de la población y el resurgimiento de múltiples infecciones.
El cambio de opinión de los médicos de mal a peor es sorprendente. Hace dos años, aunque insatisfechos con el status quo, la mayoría de los médicos se mostraban optimistas ante las nuevas estructuras, sistemas y nuevas herramientas, pensando que les ayudarían en el futuro a ofrecer una mejor atención a un menor coste. En 2018 esta visión sigue siendo un objetivo lejano.
Los médicos apuntan que, entre las razones de esta falta de preparación de los centros de salud europeos, se encuentra el estancamiento y la desidia de la industria para adoptar herramientas y tecnologías digitales capaces de mejorar la atención a pacientes. Parte de la lenta adopción, sin embargo, podría explicarse por las preocupaciones en torno a la protección de datos personales.