En la lucha contra las bacterias, los esfuerzos del sector salud no han sido suficientes. Los antibióticos son cada vez menos efectivos. Por ello, la resistencia bacteriana es responsable de decenas de miles de muertes cada año. Especialistas temen que, a menos que se realice un esfuerzo global, la situación pueda rebasar al sistema médico internacional.
Algunos representantes del sector privado ya comenzaron a escuchar estas advertencias. De acuerdo con Reuters, McDonald’s anunció una serie de medidas para luchar contra la resistencia bacteriana. En específico, prometió que reducirá su abuso de antibióticos en sus actividades ganaderas. Así, se espera que se reduzca el impacto de sus actividades en la salud global.
McDonald’s y los antibióticos: un precedente para la industria
La cadena de comida rápida es el comprador individual más grande del mundo de carne. Para satisfacer las necesidades de McDonald’s, sus proveedores necesitan un ritmo frenético de producción. Como en otros productos ganaderos, los criadores de vacas suelen llenar a los animales de antibióticos. Así se asegura la relativa buena salud en su corta vida. Al mismo tiempo, este uso desmedido de los fármacos potencia la resistencia bacteriana.
Con esta iniciativa, se limitaría el uso de antibióticos en los 10 mayores mercados de la cadena a escala global. En estos se concentra el 85 por ciento del consumo de carne de la compañía. Se pretende que, para 2020, se reduzca significativamente el uso de los fármacos. El porcentaje no fue especificado, pero se prometió que el movimiento no aumentará los precios de sus productos.
Especialistas esperan que la iniciativa de McDonald’s motive a otros jugadores a adquirir las mismas prácticas. Hace unos años, la cadena de comida rápida redujo significativamente su uso de antibióticos en la crianza de pollos. Entre 2015 y 2016, esto provocó una reducción del 14 por ciento en el uso de fármacos potentes para actividades ganaderas. Esto, en cifras de la Administración de Alimentos y Drogas de los Estados Unidos (FDA).
Sin embargo, la transición a la vaca podría ser mucho más compleja. Los pollos tienen una expectativa de vida mucho más corta, por lo que hay menos probabilidades que enfermen. Además, muchos ganaderos afirman que hay muy pocas alternativas en antibióticos de granja. Por eso, afirman, creen que los fármacos más potentes seguirán usándose por muchos años.