La literatura médica llega a sugerir que el sueño debe ser reparador. Sin embargo, se presentan parasomnias y disomnias, que afectan la cantidad y calidad de horas en las cuales el cuerpo busca recuperarse. De ahí, que hablar dormido, se convierta en una posible alteración del sueño, condicionada a los hábitos de vida del individuo.
Sobre todo, porque la carga emocional y los procesos cognitivos, pueden llegar a influir en el sueño. Irrumpiendo en la función de recuperar los tejidos musculares, conservar la energía, regular e l metabolismo y consolidar la memoria. Además, durante la noche el cuerpo selecciona los materiales de desecho que deben ser eliminados y activa el sistema inmune para proteger el organismo contra enfermedades. 1
De hecho, dormir es fundamental para sobrevivir, porque es el único mecanismo que el organismo utiliza para descansar. Por tanto, cuando aparece la somniloquia, se puede sospechar que existen cambios en la conducta del individuo que está generando esta contrariedad. Pero, también, existe la posibilidad de que tenga un origen genético o se asocie con algún tipo de enfermedad mental.1
“Los eventos físicos, las experiencias indeseables y la mala higiene de sueño pueden llevar a hablar dormido, afectando la calidad del sueño”
Desafortunadamente, en el campo del sueño falta mucho por descubrir. Llevando a categorizar el hecho de hablar dormido, como una pequeña alteración de conducta, asociada con las parasomnias que irrumpen en la etapa MOR. Cuyas causas pueden ser heredadas, pero también alcanzan a presentarse como respuesta fisiológica a factores como la falta de sueño, estrés, depresión, alcohol o drogas.2
Se ha visto, que hablar dormido es común en los niños pequeños, especialmente cuando han tenido un día de mucha actividad y juego. En, pero, en los adultos; especialmente en los hombres; los cambios bruscos en el ambiente de descanso y las preocupaciones, aumenta la posibilidad de hablar dormido.
Por esto se presenta una expresión audible de poca comprensión, donde el murmullo o las palabras sin sentido son los principales protagonistas de la conversación. Pero, en ocasiones puede salir a flote una narrativa completa, de historias personales o ilíricas, sin un ápice de conciencia.2
“Algunas alteraciones del sueño pueden no causar daños aparentes, pero al repetirse constantemente llevan a generar patologías que amenazan el organismo”
En realidad, la somniloquia no es considerada una enfermedad, ni tampoco un trastorno. No obstante, cuando la condición se vuelve crónica, se hace necesario buscar la orientación médica. Básicamente, para descartar cualquier fisiopatología y ajustar cambios en la higiene de sueño. Buscando disminuir el riesgo de desarrollar hipertensión, cardiopatías y afectaciones cerebro vasculares, originadas por la falta de buen sueño.3
Es así, como el hecho de hablar dormido, no presenta claridad sobre su origen. Sin embargo, se ha encontrado que establecer un horario para ir a la cama; además de no hacer actividad física por lo menos dos horas antes de dormir, comer liviano en la noche, evitar los dispositivos electrónicos en la habitación y darle un buen manejo al estrés; puede convertirse en acciones que mejoran la calidad y cantidad de horas de descanso. Y por supuesto la salud y la calidad de vida.
Referencias:
1.Carrillo-Mora Paul, Barajas-Martínez Karina Gabriela, Sánchez-Vázquez Itzel, Rangel-Caballero María Fernanda. Trastornos del sueño: ¿qué son y cuáles son sus consecuencias? Rev. Fac. Med. (Méx.) [revista en la Internet]. 2018 feb [citado 2021 Sep. 21] ; 61( 1 ): 6-20. Disponible en:
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0026-17422018000100006&lng=es.
2.Lira David, Custodio Nilton. Los trastornos del sueño y su compleja relación con las funciones cognitivas. Rev. Neuropsiquiatr [Internet]. 2018 Ene [citado 2021 Sep. 21] ; 81( 1 ): 20-28. Disponible en:
http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-85972018000100004&lng=es.
3.Teresa Paiva. Neuropsicología y parasomnias. Elsevier. [internet] 2006 [consultado 21 sep. 2021];18(1):7-15. Disponible en:
https://www.elsevier.es/es-revista-vigilia-sueno-270-pdf-13089304.